La mayoría del malware móvil está en Android, pero una parte ínfima está en Google Play

La mayoría del malware móvil está en Android, pero una parte ínfima está en Google Play

Igual que pasa con otros aspectos del mundo de la informática, cuando una plataforma se convierte en la más usada es susceptible de ser atacada. Este es el caso del sistema del robot verde, que al ver cómo su popularidad crece exponencialmente también ha sido testigo de cómo diferentes individuos con motivos de legalidad dudosa intentaban aprovecharse de ello. Para ello, desde F-Secure han publicado distintos gráficos:

grafico malware sistemas

En este gráfico por sistemas podemos observar cómo Symbian desaparece del mercado, cómo el peso de sistemas como BlackBerry, iOS y WindowsPhone es casi residual y cómo Android copa la práctica totalidad del malware desarrollado, con un preocupante aumento del 18% con respecto al año anterior y pasando del 79 al 97% del software malicioso programado para un sistema. Sin embargo, y lo que es todavía más interesante, es la variable geográfica que estudia de dónde viene ese malware:

grafico geografico malware

Teniendo en cuenta que Arabia Saudi y la India son dos mercados emergentes donde los smartphones están encontrando nuevos nichos, resulta sorprendente que la mayoría del malware que se programa salga precisamente de ahí.

Para aquellos que confían en alternativas de legitimidad dudosa a la Google Play Store, es precisamente en estas tiendas donde se concentra la mayor parte del software malintencionado que se distribuye a nivel mundial. Android159 y eoeMarket van a la cabeza de la lista con más del 90% del malware distribuido entre las dos. Por el contrario, sólo un 0,1% del malware se encuentra en la Google Play Store.

Si bien es cierto que Google debería mejorar su política de aplicaciones y que con un poco de sentido común y descargando aplicaciones de fuentes oficiales no deberíamos preocuparnos más que un usuario de iOS o Windows Phone, hay amenazas disfrazadas de aplicaciones legales en los repositorios oficiales de la Play Store, y por tanto se impone por necesidad un control más férreo que de momento no se está haciendo. Cierto, esto podría suponer una contradicción al chocar directamente con los valores filosóficos de Android, pero quizá no quede otra salida para evitar estafas como la de la Linterna Molona.

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