¿Comprarías unas Google Glass por 375 dólares?, Google maneja opciones

¿Comprarías unas Google Glass por 375 dólares?, Google maneja opciones

Que las Google Glass han apagado un poco su chispa no es mentirle a nadie. La revolución tecnológica que parecía podría suponer su llegada a nivel internacional hizo que muchos usuarios viéramos con muy buenos ojos este nuevo invento de Google. Incluso llegamos a contar con un análisis en vídeo por parte de nuestros queridos compañeros Carlos y Jaume.

¿Entonces, que ha pasado con Google Glass? Principalmente han sido dos las razones que han provocado que los desarrolladores y usuarios se hayan alejado tanto de este producto: precio y privacidad. Empezando por la segunda, el hecho de contar con una cámara en nuestra cabeza provocó que algunos locales de restauración no se sientieran cómodos con alguien usando sus Glass en público. El hecho de ver cómo alguien puede estar grabándonos sin nosotros saberlo pone a prueba las leyes de seguridad y privacidad de los individuos, algo con lo que Google sabía que tendría que lidiar desde el principio.

El otro punto de relevancia es sin duda el precio. Los más entusiastas o desarrolladores que quisieran comenzar a trabajar en sus aplicaciones para cuando el producto estuviera listo para salir al mercado, tenían que hacer un desembolso de 1.500 dólares, una cifra un tanto elevada incluso para lo que la tecnología está acostumbrada a manejar por lo general.

En una entrevista realizada por Cnet, Astro Teller, el cabeza del secreto Laboratorio X de Google, dejo caer la necesidad de reducir el precio de los productos tecnológicos, centrándose sobre todo en las Google Glass:

"Cada vez que bajas el precio por un divisor o dos, consigues cerca de 10 veces el número de gente que considerará seriamente comprar el producto."

Lo que se estaría tratando aquí sería de reducir considerablemente el precio del producto, en palabras del propio medio Cnet, a dos veces la mitad de lo que vale ahora mismo. 375 dólares sería entonces una cifra mucho más asequible, que competiría con productos como smartphone o tablet pero cuyo uso distaría mucho de esta clase de productos.

El principal "pero" que pudimos ver en nuestro análisis era el de la bateria, una limitación muy importante para un wearable. Pero las posibilidades que se abren con aplicaciones como mapas, al igual que haciendo deporte o compartiendo nuestras vistas de forma mucho más real que de ninguna otra forma, pueden ser cualidades interesantes en el mercado actual. Las condiciones de privacidad de los usuarios sigue siendo un campo importante de debate y no parece que la respuesta definitiva esté aún cerca de ver la luz.

Así que, repito la pregunta, ¿os lanzariáis a comprar este producto por ese precio, 375 dólares?

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