Cuidado con qué le permites a las aplicaciones de tu Android

Cuidado con qué le permites a las aplicaciones de tu Android

No hace mucho se desató la polémica de la mano de Wikileaks desvelando que la CIA nos espiaba a través de nuestros smartphones. Puede sonar dramático --aunque bastante lógico-- e incluso lo analizábamos respecto a WhatsApp pues sería la principal vía por la que se vulneró nuestra intimidad. Eso abrió un debate bastante interesante que lleva coleando desde hace tiempo: ¿Es Android tan seguro como parece?

Permisos WhatsApp

Fue en Android 6.0 Marshmallow cuando se nos dio la opción de manejar los permisos que le otorgábamos a nuestras aplicaciones, ya sea acceder a nuestros archivos, a la cámara, o al micrófono, y algunas más. Fue un paso que llevábamos reclamando bastante tiempo, aunque en las capas chinas se generó algo de polémica. Y debes tener cuidado, porque algunos de estos permisos pueden ser peligrosos, y en Andro4all vamos a comentarte el por qué.

Permite lo que conozcas

Zuckerberg Instagram

Fue la foto de arriba la que desató la polémica a gran escala. Mark Zuckerberg, el dueño de la red social Facebook celebraba que Instagram, otra de sus redes llegaba a los 500 millones de likes. Aparentemente una foto normal, salvo que si nos fijamos en el portátil que hay a su izquierda, veremos como la cámara del ordenador y su puerto USB están tapados. Si uno de los mayores hombres del mundo de Internet no se siente a salvo ni en su empresa, ¿cómo íbamos a estarlo nosotros?

Permisos Google Play

Bien, aquí podemos decir que el principal muro que debemos poner somos nosotros. Debemos calibrar bien qué le permitimos o no a una app en función de lo que necesite. Pongamos el ejemplo de la app de caracterización Meitu, la cuál tuvo ya su polémica. Es una app para poner caras graciosas, pero entre sus permisos se encontraba el poder hacer compras, acceso a la ubicación e incluso hacer llamadas de teléfono. Pensemos: ¿realmente esta clase de aplicación necesita estos permisos?

Obviamente no. Lo que debemos hacer es, o no permitirle más de lo necesario a la dicha app, o mejor: no instalarla puesto que puestos a confiar, mejor desconfiemos. Debemos saber la utilidad de lo que instalamos, su cometido, y decidir si realmente es segura en base a lo que nos requiere. Instalemos aquello que conocemos.

Bucear en los ajustes es bueno

Permisos LG

Pero no todo depende de lo que le permitamos al instalar o no. Hay veces que le damos permisos a una app y, sólo para que funcione, le damos más de lo que nos gustaría. Como suele pasar, muchas veces dejamos esa app abandonada, sin abrirla, hasta que la desinstalamos o la volvemos a usar. En el caso de que realmente necesitemos esa aplicación o simplemente queramos velar por nuestra seguridad, es muy buena idea bichear entre los ajustes de nuestro teléfono para ver qué encontramos.

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Dentro de los propios ajustes, encontraremos un apartado llamado "Permisos de aplicaciones" en los que veremos todos los permisos que hay, y cuántas apps tienen acceso a este. Puede parecer algo tedioso, pero no sabéis lo que satisface empezar a mirar uno por uno y ver que todo esté en orden para no sorprenderte y ver cómo tu móvil puede ser intervenido, o incluso, quedarte contrariado al ver que una app tiene tantos permisos que podría controlar tu propio móvil.

Root... ¿necesario?

Root Android

Hace años, en las primeras versiones de Android debido a las limitaciones de hardware, el root era casi imprescindible si queríamos sacarle partido a nuestros móviles. Hoy en día, a excepción de que seas un hard user o un desarrollador, esta función es cada vez menos útil y muy peligrosa si no se lleva bien a cabo, puesto que al acceder a la totalidad del sistema puede que estemos dándole más libertad de lo que pensamos a nuestros errores.

Es sabido que muchas de las vulnerabilidades de Android que propiciaron los parches de seguridad mensuales se basan en atacar al sistema desde dentro a base del rooteo provocando que nuestro móvil sea "raptado." Por eso, recomiendo encarecidamente que si vas a rootear, sea por un motivo claro y conciso y que, tras hacerlo, lo desactives si ya no es estrictamente necesario. Y si es absolutamente imprescindible que mantengas tu dispositivo con permisos de superusuario, le deniegues el acceso a tus aplicaciones, por muy seguras y conocidas que sean.

Con estos consejos, mantendrás tu móvil más a salvo y evitarás quebraderos de cabeza en un futuro. Porque sólo tú eres el dueño de tu seguridad, y de tu Android.

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