Las 11 principales diferencias entre el Samsung Galaxy S9+ y el Samsung Galaxy S10+

Las 11 principales diferencias entre el Samsung Galaxy S9+ y el Samsung Galaxy S10+

En coincidencia con el décimo aniversario de la familia Galaxy S, Samsung presentó a sus nuevos buques insignia: los Samsung Galaxy S10 y S10+. De la mano de su presidente y director ejecutivo, Dong-Jin Koh, la compañía surcoreana mostró al mercado de telefonía móvil como se puede elevar el listón en cuanto a innovación y ofrecer una propuesta premium, dejando a sus competidores un desafío más que interesante.

A través del evento Unpacked (celebrado el miércoles pasado en la ciudad de San Francisco), la multinacional surcoreana manifestó un salto de calidad hacia una siguiente generación de móviles, aunque muchos usuarios afirman que el salto no es tal y que los cambios no justifican la renovación y, por supuesto, el precio. Es por eso que resulta interesante conocer en que se diferencian los topes de gama de ambas generaciones, el Samsung Galaxy S9+ y el Samsung Galaxy S10+.

Afortunadamente, Samsung nos ha expuesto esas diferencias y las similitudes de sus dos buques insignia por medio de una infografía que ha publicado en su blog oficial y que a continuación detallamos con la intención de descubrir que cambia y que no en ambos modelos.

Mayor pantalla, mayor resolución y un nuevo concepto de diseño en casi el mismo tamaño

Samsung Galaxy S10+

Los diseños de los últimos buques insignia de Samsung no han sufrido grandes cambios, aunque han sido pulidos para mejorar las características de la última versión. Esa innovación se ve reflejada en el resultado final: la compañía asiática logra ampliar el tamaño de pantalla de los 6,2 a los 6,4 pulgadas (con una resolución de aspecto que pasa de los 18.5:9 a los 19:9) en un terminal de menores dimensiones y peso.

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Además, el concepto de diseño de su pantalla evoluciona a lo que hoy conocemos como Infinity-O Display: a la reducción de márgenes se suma la inclusión de dos orificios en pantalla para albergar a la doble cámara frontal, y evitar al polémico notch, ocupando más del 93% del panel frontal. El peso también se reduce de los 189 a los 175 gramos, brindándonos como resultado un terminal más liviano.

Cinco lentes para una experiencia fotográfica más versátil y más profesional

Este es uno de los apartados que mayor evolución ha tenido de un modelo a otro. Con la llegada del Galaxy S9+, Samsung introdujo su doble cámara trasera de 12+12 megapíxeles con apertura variable y en exclusividad para este modelo y, ahora, amplía ese número a tres cámaras: un sensor de 16 megapíxeles ultra gran angular combinado con otro sensor gran angular de 12 megapíxeles y la cámara de teleobjetivo -también de 12 megapíxeles- para tomar fotos con un zoom óptico 2x.

En cuanto a la frontal, Samsung pega fuerte, evolucionando de uno a dos sensores fotográficos: uno principal de 10 megapíxeles Dual Pixel con apertura f/1.9 y otro secundario de 8 megapíxeles con autoenfoque y apertura f/2.2, encargado de obtener información de profundidad al realizar capturas con modo retrato; especificaciones que han sido reconocidas por varios analistas, como la gente de DxOMark, quienes la consideran como la mejor dentro del segmento de mercado.

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Mayor almacenamiento, mayor autonomía y un rendimiento superior

En materia de rendimiento, el buque insignia de Samsung también evolucionó: pasó de un procesador Exynos 9810 de ocho núcleos, con funciones de inteligencia artificial y deep learning, a uno mucho más potente: el Exynos 9820 Octa-core. Mientras que, en memoria RAM, la propuesta da un salto de los 6GB a los 8 o 12GB (en el caso de la edición especial de cerámica).

Esto significa no solo mayor capacidad de procesamiento y mayor velocidad, sino también mayor capacidad de almacenamiento, ya que las variantes se extienden: en el Galaxy S9+ contábamos con 64/128/256GB, ampliables hasta unos 400GB mediante una tarjeta microUSB. En cambio, con el Galaxy S10+, la base comienza en los 128GB y es posible alcanzar 1TB de almacenamiento interno -con la edición especial con acabado cerámico- y extender aún más la capacidad hasta unos 512GB con una tarjeta microSD.

De todos modos, el punto sobresaliente y que diferencia a ambos modelos se encuentra en la autonomía que proveen las baterías y la manera en que pueden ser cargadas: Samsung amplía la capacidad de los 3.500 a los 4.100 mAh, proporcionando una mejor velocidad de carga inalámbrica con la función Fast Wireless Charging 2.0 e introduciendo el sistema Wireless PowerShare que permite recargar otros dispositivos al posarlos sobre la parte trasera del teléfono por medio de la carga inalámbrica inversa.

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Un software totalmente renovado, conexiones más veloces y un nuevo sistema biométrico de autenticación

Samsung ha querido mejorar la experiencia de usuario, no solo desde el punto de vista de las especificaciones y del rendimiento, sino también desde su interfaz a nivel de software. Es por eso que, con el Samsung Galaxy S10+, actualiza su interfaz a Android 9.0 Pie, pero bajo One UI, su nueva capa de personalización: más fluida, más amigable y más rápida.

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Y, del mismo modo, incorpora una función Wi-Fi inteligente que permite una conexión segura y sin interrupciones gracias al cambio entre conexiones Wi-Fi y LTE. Incluso, mejora las velocidades de conexión incorporando tecnología LTE de categoría 20 que brinda velocidades de hasta 2 Gbps.

Finalmente, una de las novedades que ha sido foco de atención por parte de todos es el de la seguridad: Samsung decidió cambiar sus métodos de desbloqueo, reemplazando el escáner de iris frontal y el lector de huellas trasero por un sensor ultrasónico de huella dactilar bajo su pantalla que lee los contornos tridimensionales de la huella dactilar, en lugar de una imagen en 2D, para mejorar la protección ante la suplantación.

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En definitiva, cada una de estas 11 diferencias, no hacen más que mostrar como Samsung ha elevado el listón, ofreciendo una propuesta que -con tan solo una sola generación de distancia- sienta un gran precedente a los otros fabricantes, quienes deberán aumentar al máximo el esfuerzo para ofrecer una alternativa superadora.

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