La historia de las baterías en Android

La historia de las baterías en Android

La batería es una de las cosas que más nos preocupan en nuestro día a día. Tiende a durar poco, no siempre tenemos un cargador a mano y, en muchas ocasiones, no funciona igual de bien que el primer día. Todo depende del tipo de batería que usemos en nuestro dispositivo, porque sí, hay diferentes tipos de baterías, y hoy en este artículo, vamos a hablar de la historia de las baterías que existen o han existido en Android para que conozcamos nuestro terminal un poquito mejor.

La historia de las baterías en Android

Repasemos, antes de nada, un poco de historia sobre las baterías. Los primeros smartphones tenían baterías de Níquel-Cadmio, abreviadas como baterías NiCd. Estas pasaron a mejor vida porque tenían unos inconvenientes bastante importantes. Uno de ellos era el efecto memoria, que hacía que la batería se deteriorase con cada carga y descarga hasta un 10% al mes, y el otro era la contaminación, ya que el Cadmio contamina muchísimo. A día de hoy están casi obsoletas.

Luego vinieron las baterías de níquel e hidruro metálico --Ni-MH--. Básicamente se trataban de una modificación de las baterías anteriores. Se eliminó el Cadmio, que era mucho más caro y contaminante para sustituirlo por una aleación de hidruro metálico. Esto reducía el efecto memoria de la batería --aunque no lo eliminaba-- y aumentaba la capacidad de carga de la misma entre dos y tres veces. A día de hoy se siguen usando, sobre todo en algunos coches totalmente eléctricos.

batería de hidruro de metal níquel

A día de hoy

Los teléfonos Android han ido avanzando muchísmo, y la batería ha ido de la mano. En la actualidad, el estándar más utilizado es el de iones de Litio, creando así las baterías Li-ion. La principal ventaja de estas baterías es que proporcionan una gran autonomía y son muy ligeras, por lo que son la mejor opción para hacer smartphones finitos. Eso sí, el lado negativo es que soportan muy pocos ciclos de carga, entre 300 y 1.000, siendo más costosas que las de Níquel-Cadmio. Estas se cargan rápidamente hasta el 80% y luego bajan la velocidad hasta el total.

Pero con la llegada de los wearables debíamos encontrar baterías más pequeñas, y es ahí donde llegan las baterías de polímero de Litio, o LiPo. Son cada vez más comunes, ofrecen una mayor versatilidad, ya que son muy pequeñas --se quieren fabricar de un milímetro de espesor-- y proporcionan una buena autonomía. El inconveniente es que pueden llegar a ser el doble de caras que las anteriores y tienen un riesgo de explosión más alto debido a su contenido. Si bajan demasiado su voltaje --por debajo de los tres voltios-- quedan prácticamente inutilizables.

LG G Watch R midiendo el ritmo cardíaco

Esta es la historia de las baterías en Android. Como veis, la cosa ha avanzado muchísimo con el paso de los años, pero aún queda un frente abierto, y es que los usuarios necesitamos batería. Las compañías saben que este es un problema común a todos los usuarios, y esperemos que lo solucionen pronto, porque de nada sirve tener un dispositivo que hace de todo pero que podemos usar muy poco.

¿Qué os ha parecido? ¿Conocíais la historia de las baterías en Android?

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