Si te fías de la nube estás cometiendo un grave error
Estoy más que seguro de que alguna vez has usado la nube o de que la usas frecuentemente para almacenar archivos, documentos, fotos, vídeos y todo tipo de contenido. La nube está muy bien, porque nos permite tener a mano todo lo que necesitamos en cualquier dispositivo, pero como siempre pasa con todo lo bueno, hay una contrapartida que debemos tener muy en cuenta. Sí, la nube está bien, pero no te puedes fiar ciegamente de ella porque tú no la controlas, y una decisión, que no depende de ti, puede dejarte sin tus archivos.
El último ejemplo ha sido el de Nextbit --creadora de Robin, el móvil en la nube--, que ofreció a todos sus usuarios 100 GB de almacenamiento gratuito para que guardasen todo lo que quisieran en ella. A la empresa no le ha ido bien, y ahora ha decidido cerrar su servicio cloud. Es cierto que ha dado un margen de dos meses para que sus usuarios descarguen los archivos que tenían almacenados pero, lamentablemente, eso no es obligatorio a hacerlo. La empresa podría haber cerrado el servicio sin previo aviso y los usuarios lo habría perdido todo.
No controlas la nube, no depende de ti
Claro, estamos hablando de una empresa pequeña que no tiene las capacidades de los servicios de almacenamiento en la nube más famosos como Dropbox, Google y Google Drive, Microsoft y OneDrive, etc. Pero vamos a ponernos en la siguiente situación, vamos a imaginar que pasa algo en Google que afecta a Google Drive y se resetean todos los servidores, eliminando todo lo que había dentro. O peor, vamos a imaginar que cierran Google Photos porque a Google no le sale rentable.
Tú, que confiabas al 100% en la nube, de un día para otro te encuentras con que todos y cada uno de los archivos que habías almacenado en ella, todas y cada una de tus fotos, vídeos y recuerdos ya no están, no existen, y no se pueden recuperar. Claro, ingenuo de ti, que habiendo confiado en la seguridad de la nube, no habías hecho una copia de seguridad en un dispositivo de almacenamiento externo y sencillamente te has quedado sin archivos.
¿Y a quién reclamas? ¿A Google? ¿A Dropbox? ¿A OneDrive? Pues eso es exactamente lo mismo que hablarle a una pared. No tienen por qué hacerse responsables de tus pérdidas, y cito textualmente a las condiciones de uso de Google (las negritas son mías):
En los casos permitidos por la ley, ni Google ni sus proveedores o distribuidores serán responsables de la pérdida de beneficios, de ingresos ni de datos, ni de pérdidas financieras ni de daños indirectos, especiales, derivados, ejemplares ni punitivos.
En la medida en que la ley lo permita, la cobertura total de Google, así como la de sus proveedores y distribuidores, por cualquier reclamación relacionada con estas condiciones, incluida cualquier garantía implícita, se limita al importe que hayas pagado para usar los servicios (o, si Google así lo decide, a la reanudación de los servicios).
En ningún caso, ni Google ni sus proveedores y distribuidores serán responsables por cualquier pérdida o daño que no sean previsibles de forma razonable.
En pocas palabras, que si pasa cualquier cosa en Google y se borran todos los archivos de Google Drive de forma irrecuperable, ya puedes tener ahí una foto firmada por Michael Jackson y Freddy Mercury, que te vas a quedar sin ella. Esto mismo se aplica a todos los servicios de nube, no solo a Google. Dale un vuelta las términos y condiciones de uso que aceptaste sin leerlos en su momento, te quedarás frío.
No confíes ciegamente en la nube, no confíes todos tus archivos y recuerdos a una empresa para la que solo eres un número, porque si la empresa decide que se acabó, se acabó te parezca a ti lo que te parezca. Un disco duro externo puede salvarte la vida en determinados casos. No son caros, y por 50-60 euros te puedes hacer con uno en condiciones. Recuerda: hombre precavido vale por dos.
Para estar siempre al día con lo último en tecnología, suscríbete a nuestro canal oficial y verificado de Andro4all en WhatsApp.