El precio de vender en China: Apple Intelligence tendrá que "morderse la lengua" y negarse a responder 2.000 preguntas prohibidas
Para poder operar en el gigante asiático, la IA de Apple deberá pasar un examen de censura mensual y rechazar el 95% de las cuestiones sobre temas sensibles
Sabíamos que llevar Apple Intelligence a China no iba a ser tarea fácil. Mientras en el resto del mundo los usuarios de iPhone disfrutan de la integración con ChatGPT de OpenAI o los modelos Gemini de Google, en el gigante asiático las reglas del juego son muy diferentes. Y para jugar allí, Apple ha tenido que aceptar unas condiciones draconianas.
Según un nuevo informe del Wall Street Journal, la versión china de Apple Intelligence tendrá que someterse a un estricto "examen" de censura antes de ver la luz. Una prueba diseñada específicamente para garantizar que la IA no se salga ni un milímetro del guion oficial marcado por el gobierno.
Un examen de 2.000 preguntas trampa
La normativa china exige que cualquier modelo de IA generativa pase por un test de 2.000 preguntas diseñadas para provocar respuestas sobre información censurada o temas "políticos sensibles".
El objetivo es comprobar que el sistema debe ser capaz de identificar estas "trampas" y negarse a responder al menos al 95% de ellas. Si el modelo contesta libremente a preguntas sobre ciertos eventos históricos o críticas al gobierno, suspende. Y si suspende, no se lanza.
Pero la cosa no acaba ahí. No es un examen único. Las autoridades exigen que estas preguntas de control se actualicen una vez al mes, obligando a las empresas a estar constantemente reentrenando y ajustando sus filtros para cumplir con la censura al día.
Alibaba al rescate (y bajo la lupa)
Como Apple no puede usar sus socios occidentales habituales debido al "Gran Cortafuegos" chino, se ha visto obligada a aliarse con Alibaba para utilizar su modelo Qwen3 en los iPhone del país.
Esto crea una paradoja técnica y ética compleja. El gobierno chino quiere modelos de IA potentes, entrenados con datos globales para ser competitivos, pero a la vez exige que esos mismos modelos tengan "amnesia selectiva" cuando se trata de temas prohibidos dentro de sus fronteras. Básicamente, las tecnológicas deben enseñar a la IA todo lo que existe en internet, para luego prohibirle explícitamente hablar de una gran parte de ello.
Para Apple, esto supone un nuevo capítulo en su delicado equilibrio entre defender la privacidad y libertad de sus usuarios en occidente, y cumplir con las exigencias de Pekín para no perder acceso a su mayor mercado de fabricación y uno de los más importantes en ventas. De momento, si vives en China y le preguntas a Siri sobre ciertos temas, prepárate para un silencio incómodo. Es el precio a pagar por tener "inteligencia" en el iPhone al otro lado de la muralla.