El 'Reloj del Juicio Final' lanza una de sus últimas advertencias. Si la situación del planeta no cambia, será irremediable
Los científicos han acercado un segundo más el Reloj del Juicio Final a la medianoche. O la humanidad hace algo, o su aniquilación estará asegurada

Si sois fans de Iron Maiden o habéis leído Watchmen, puede que estéis familiarizados con el concepto del Reloj del Juicio Final o del Apocalipsis. Si no sabéis de qué os estoy hablando, digamos que es un reloj simbólico que representa la cercanía de la raza humana a una catástrofe global. La medianoche total es el momento de la catástrofe, y su proximidad se expresa en minutos o segundos.
La distancia a la medianoche se reevalúa cada mes de enero por el Consejo de Ciencia y Seguridad del Boletín de Científicos Atómicos, surgido a partir de un grupo de científicos del Proyecto Manhattan. Este año tiene pinta de que lo tenemos bastante mal.
La humanidad se encuentra en un punto muy delicado
De acuerdo con información aparecida en New Atlas, el Reloj del Juicio Final nos sitúa a sólo 89 segundos de la medianoche, de la destrucción total de la raza humana. Hemos avanzado un segundo con respecto a 2024, y las razones que el Consejo ha tomado como válidas para hacerlo son bastante desalentadoras.
En primer lugar encontramos el nuevo brote de gripe aviar que está afectando a todo el mundo, cebándose especialmente en América Latina. Aunque el riesgo para la salud humana de este virus se considera bajo, hay seres humanos que también se han infectado por cientos a nivel global.
Además, hay que tener en cuenta la escalada en el armamento nuclear y las posiblidades de una guerra biológica o bacteriológica. Cada vez se han ido rompiendo más tratados en estos dos aspectos, generando más tensión entre las distintas naciones. No hay voluntad de cooperación o diálogo entre las potencias mundiales.
No podemos olvidarnos de la inacción ante el cambio climático. Como sociedad, a nivel global, estamos invirtiendo muy poco en energías renovables y desarrollo sostenible. Hay en marcha un deterioro ambiental que amenaza la supervivencia humana, basta con observar el clima que estamos teniendo este invierno y lo que ha tardado en llegar el frío, o lo calurosos que son los veranos en comparación con hace años.
Tampoco contribuye la diseminación de bulos y desinformación, así como tampoco ayuda la creciente polarización social a través de la política. Incluso hay caras de la política internacional difundiendo bulos; nadie se salva. Además, es muy fácil expandirlos a través de apps como WhatsApp, si bien la UE está dando la batalla por implementar la verificación de datos como algo obligatorio a las tecnológicas estadounidenses para operar en su territorio.
Por último, tenemos el auge de los modelos de inteligencia artificial. Todos los modelos de IA generativos, desde ChatGPT, pasando por Claude, Perplexity o las recién llegadas DeepSeek o Qwen (estas últimas desarrolladas por China), entraña muchos riesgos para la seguridad de la raza humana: desde su uso en aplicaciones militares, pasando por que se la pueda usar para difundir bulos han contribuido a que sean una de las razones por las que se adelanta el Reloj del Juicio Final. Sí, también la teoría de que exista una Skynet real que se vuelva autoconsciente y acabe por matarnos a todos a tenido que ver.
Como veis, la humanidad lo tiene muy mal ahora mismo. Es crucial que los gobiernos se pongan a hacer algo más que discutir entre ellos, mantener la brecha de desigualdad entre clases o legislar para los intereses corporativos de los lobbies (o los suyos personales). Si no se empieza a legislar para regular todo lo que se ha salido de madre en la última revisión, como sociedad y especie lo tenemos muy crudo.