Alerta en la Antártida: detectan cientos de seísmos en el 'Glaciar del Juicio Final' y los científicos ya saben por qué

Detectan más de 300 "terremotos glaciares" causados por el choque de icebergs, confirmando que la inestabilidad del Thwaites se está acelerando

Alerta en la Antártida: detectan cientos de seísmos en el 'Glaciar del Juicio Final' y los científicos ya saben por qué
La instalación de sensores locales ha permitido escuchar por primera vez cómo el glaciar vibra violentamente debido a los desprendimientos en su frente marino
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

El glaciar más peligroso del mundo está temblando. Un equipo de científicos ha detectado por primera vez cientos de terremotos en el Thwaites, pero no tienen nada que ver con placas tectónicas. Se trata de seísmos provocados por gigantescos icebergs que, al desprenderse y volcar, golpean el hielo con tal violencia que la señal se capta a miles de kilómetros.

La noticia llega desde ScienceAlert y nos cuenta que la estabilidad de esta masa helada pende de un hilo. Conocido como el Glaciar del Juicio Final por su capacidad para retener millones de toneladas de hielo, estos temblores habían pasado desapercibidos hasta que se han colocado sensores sobre el terreno, revelando una actividad frenética que los satélites no veían.

Golpes de hielo y grietas inexplicables

Lo que ocurre es física pura: cuando un iceberg alto se rompe, pierde el equilibrio y vuelca, chocando contra el frente del glaciar y haciendo vibrar el suelo. Es algo que ya habíamos visto en Groenlandia, pero que ocurra de forma masiva en la Antártida indica que la ruptura del hielo se está acelerando mucho más rápido de lo que los modelos predecían.

El problema es el origen. A diferencia del Ártico, donde el hielo cruje por el calor del aire, aquí los seísmos coinciden con la aceleración del flujo hacia el mar. Esto apunta a que son las corrientes oceánicas las que devoran la base, complicando cualquier acción drástica de ingeniería para preservarlo; el daño es estructural y viene de abajo.

La urgencia es máxima porque el tiempo corre en nuestra contra. Si esta masa de hielo termina de ceder, el nivel del mar subirá alarmantemente en todo el planeta. Estos temblores confirman que el deterioro no es gradual, sino un proceso físico violento que ya está en marcha y que podría redibujar las costas mundiales antes de lo previsto.

Además, los sensores han captado algo que no encaja: seísmos en el vecino glaciar Pine Island situados tierra adentro, lejos del agua. Allí no hay icebergs que vuelquen, por lo que los expertos admiten que es un misterio. Estos ruidos inexplicables son la prueba de que la interacción entre el océano y el hielo antártico es mucho más agresiva y compleja de lo que habíamos calculado.

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