Conan, la bacteria que podría proteger a los humanos en el espacio

Un equipo científico descubre cómo funciona el superpoder radioprotector de la bacteria más resistente del planeta

Conan, la bacteria que podría proteger a los humanos en el espacio
Conan la Bacteria
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

En un momento en que las bacterias se vuelven cada vez más resistentes a nuestros tratamientos, la Deinococcus radiodurans destaca por una capacidad extraordinaria: puede sobrevivir a dosis de radiación 28.000 veces superiores a las letales para un humano. Esta cualidad ha llevado a los científicos a estudiarla como posible escudo protector para los astronautas.

Un equipo de investigadores de la Northwestern University y la Uniformed Services University ha logrado descifrar el mecanismo detrás de esta increíble resistencia, según publican en Proceedings of the National Academy of Sciences. La clave está en un complejo ternario formado por iones de manganeso, fosfato y un pequeño péptido, que actúa como un poderoso antioxidante natural.

El guerrero microscópico que podría revolucionar la medicina espacial

Al igual que ciertas bacterias pueden ayudarnos a combatir la contaminación por microplásticos, D. radiodurans podría ser la clave para proteger a los humanos durante las misiones espaciales. Los investigadores han desarrollado un antioxidante sintético llamado MDP, inspirado en los mecanismos de esta bacteria, que promete revolucionar la medicina espacial.

El apodo de "Conan la Bacteria", en referencia al legendario guerrero de ficción Conan el Bárbaro, no es casual. Este microorganismo puede sobrevivir a 140.000 grays de radiación cuando está seco y congelado, una hazaña que ha dejado perplejos a los científicos durante años. Para ponerlo en perspectiva, una dosis de apenas 5 grays sería letal para un ser humano.

El descubrimiento del funcionamiento exacto del MDP abre un mundo de posibilidades. Los investigadores Brian Hoffman y Michael Daly han demostrado que la combinación precisa de tres componentes es crucial: los iones de manganeso se unen al fosfato y a un péptido específico llamado DP1, creando un escudo antioxidante mucho más potente que cualquiera de sus componentes por separado.

Las aplicaciones potenciales van más allá de la exploración espacial. Este avance podría ser fundamental para:

  • Proteger a astronautas durante misiones espaciales profundas
  • Desarrollar nuevos tratamientos para emergencias radiológicas
  • Mejorar la producción de vacunas inactivadas por radiación
  • Crear protectores solares más efectivos

Los científicos ya han comprobado la eficacia del MDP en la preparación de vacunas polivalentes irradiadas, lo que sugiere que podríamos estar ante un avance significativo en múltiples campos médicos.

La investigación también arroja luz sobre la posible existencia de vida en Marte. Si D. radiodurans puede sobrevivir a tales niveles de radiación cuando está congelada, existe la posibilidad de que microorganismos similares hayan persistido en el planeta rojo, protegidos bajo su superficie helada de la intensa radiación cósmica y los protones solares.

El siguiente paso para los investigadores será desarrollar antioxidantes sintéticos aún más potentes y específicamente adaptados a las necesidades humanas. La comprensión del mecanismo de esta extraordinaria bacteria no solo nos acerca a una mejor protección contra la radiación, sino que también podría ser la clave para hacer realidad la exploración segura del espacio profundo.

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