Confirmado por la ciencia: te pareces a tu perro
Dueño y perro se parecen más de lo que crees: un vínculo que va más allá de la apariencia

¿Alguna vez te han dicho que te pareces a tu perro? Pues, por más extraño que suene, desde aquí podemos confirmarte que no es solo una broma. Tras los diversos estudios que se han llevado a cabo, la ciencia lo ha confirmado: muchos dueños de perros realmente comparten rasgos físicos y de personalidad con sus mascotas.
Durante muchísimos años se ha comentado en tono de broma que algunos perros se parecen sus humanos. Pero estudios recientes revelaron que esta conexión va mucho más allá de lo superficial. Varias investigaciones encontraron que los parecidos pueden ir desde la forma de ser hasta el aspecto físico, e incluso el estilo de vida.
Tu perro y tú: más parecidos de lo que crees

Apariencia, personalidad y hábitos. Nos parecemos más a nuestros perros de lo que creemos
Un análisis compuesto de 15 estudios científicos encontró algo curioso: muchos dueños tienen perros que se les parecen en rasgos como la sociabilidad, extroversión y la ansiedad. Esto puede suceder de manera natural o porque inconscientemente elegimos mascotas que reflejan aspectos de nuestra personalidad.
Pero la cosa no termina ahí, ya que también hay parecidos físicos. Por ejemplo, se observó que mujeres con el pelo largo tienen a preferir perros con orejas largas. Incluso se ha encontrado una enorme relación entre el peso del dueño y el del perro. ¿Casualidad? No tanto. Parece que compartimos rutinas, hábitos de vida y hasta cantidad de actividad física.
Y para que no digas que solo lo perciben los dueños, en un experimento se pidió a personas desconocidas emparejar fotos de perros y dueños, ¿cuál fue el resultado? Acertaron más de lo que uno esperaría al azar. Básicamente, los parecidos son reales y visibles para los demás.
Los expertos creen que todo tiene que ver con cómo funcionamos los seres humanos. A nivel evolutivo, tendemos a rodearnos de personas que se parecen a nosotros o con quienes nos sentimos identificados, algo que se puede ver a simple vista en cómo utilizamos las aplicaciones de citas.
Cuando elegimos un perro (especialmente si es de raza) es común guiarnos por características que creemos que encajan con nuestro estilo de vida o forma de ser. Y no solo elegimos, también moldeamos, a través de rutinas, refuerzos y convivencia. O sea, nuestra personalidad termina influyendo en la del perro y viceversa.
Lo que realmente importa
Parecerse puede ayudar, claro, pero no lo es todo. Al final del día, lo que une a las personas con sus perros es la compatibilidad, el vínculo y cómo se acompañan en la vida. Como en cualquier relación, lo que vale es cómo se cuidan y entienden mutuamente, más allá de los parecidos.
Así que ya sabes, la próxima vez que alguien te diga que tú y tu perro son igualitos, no lo tomes como burla. Puede que sea una señal de que están más conectados de lo que crees… y que la ciencia está de tu parte.