El hallazgo que desorienta a la ciencia: la materia perdida
Un filamento de gas caliente de 23 millones de años luz resuelve el misterio de dónde se esconde la mitad de la materia ordinaria del universo

Un equipo internacional de astrónomos acaba de detectar una estructura cósmica gigantesca que podría resolver uno de los mayores misterios de la astrofísica: dónde se esconde la materia ordinaria que falta en el universo. Han identificado un filamento de gas caliente de 23 millones de años luz de longitud en el Supercúmulo de Shapley, usando observatorios de rayos X para captar esta estructura invisible hasta ahora.
El trabajo, que Astronomy & Astrophysics recoge, confirma lo que los científicos llevaban décadas sospechando sobre cómo se distribuye la materia en el cosmos. Este filamento conecta cuatro subcúmulos de galaxias y contiene material equivalente a 10 galaxias como la Vía Láctea, con temperaturas de más de 10 millones de grados que lo hacían invisible.
La materia perdida por fin aparece
Vamos a poner esto en contexto. Después del Big Bang, la radiación cósmica de fondo nos mostró cuánta materia ordinaria había en el universo original: protones, neutrones y electrones básicamente. El problema es que cuando miramos el universo actual, solo vemos la mitad de esa materia. Las estrellas, galaxias y agujeros negros que podemos detectar no suman lo suficiente para explicar lo que debería estar ahí desde hace 13.800 millones de años.
El filamento está en el centro del Supercúmulo de Shapley, una zona del espacio que tiene unas 8.000 galaxias apiñadas. Para detectarlo tuvieron que combinar datos de dos telescopios espaciales: Suzaku, que es bueno captando radiación débil extendida por áreas enormes, y XMM-Newton, que localiza fuentes de rayos X muy pequeñas con una precisión increíble.
Este descubrimiento le da la razón a la teoría de la "telaraña cósmica", que dice que hay filamentos de materia oscura conectando las galaxias como una red gigante. La materia que faltaba estaría repartida por estos hilos de forma tan dispersa que hasta ahora no teníamos tecnología para verla. Konstantinos Migkas, astrofísico del Observatorio de Leiden, dice que es la primera vez que lo que ven coincide perfectamente con lo que predecían los modelos del cosmos.
El hallazgo confirma décadas de simulaciones por ordenador y refuerza lo que creíamos saber sobre el universo. Demuestra que la materia perdida sí existe en forma de filamentos gaseosos entre cúmulos de galaxias, que los modelos teóricos estaban en lo cierto desde el principio y que ahora tenemos una forma de detectar estructuras parecidas en otras partes del espacio.
Norbert Schartel, científico del proyecto XMM-Newton, lo resume bien: "Refuerza nuestro modelo estándar del cosmos y valida décadas de simulaciones. Parece que la materia 'perdida' realmente se esconde en hilos que son muy difíciles de ver tejidos por todo el universo". Este avance cierra una de las lagunas más importantes que teníamos sobre de qué está hecho el cosmos.
Los resultados también conectan con otros proyectos de investigación espacial. El estudio del asteroide Bennu podría complementar estos descubrimientos al ayudar a encontrar una quinta fuerza fundamental que explique mejor la materia oscura. Por otro lado, hay teorías nuevas que sugieren que parte de la materia oscura ya existía antes del Big Bang, lo que cambiaría completamente lo que sabemos sobre cómo empezó todo.
La detección de este filamento gigante es un punto de inflexión para la astronomía. Por primera vez, los científicos pueden ver directamente la estructura invisible del universo, confirmando que la materia perdida nunca se perdió de verdad: simplemente estaba escondida en las carreteras cósmicas que conectan las galaxias en una red de tamaño imposible de imaginar.