El primer virus diseñado por una IA ya es una realidad: la tecnología que podría revolucionar la medicina o desatar una pesadilla

Investigadores de Stanford han creado el primer virus diseñado completamente por IA. 16 de los 302 genomas generados lograron infectar bacterias con éxito

El primer virus diseñado por una IA ya es una realidad: la tecnología que podría revolucionar la medicina o desatar una pesadilla
El modelo Evo analizó dos millones de bacteriófagos para generar nuevos virus funcionales, abriendo posibilidades en medicina personalizada y terapias génica
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

Ya sabemos que las IA pueden escribir textos y generar imágenes, pero lo que ha conseguido un equipo de Stanford va bastante más allá. Han logrado que su inteligencia artificial diseñe virus completamente funcionales capaces de infectar y matar bacterias. No estamos hablando de copiar virus existentes, sino de crear genomas virales desde cero que realmente funcionan en el laboratorio.

La información nos llega desde MIT Technology Review, donde detallan cómo el modelo Evo —entrenado con genomas de dos millones de bacteriófagos— ha creado 16 virus nuevos que se replican con éxito. Los investigadores eligieron como objetivo el virus phiX174, un clásico de laboratorio con apenas 11 genes y 5.000 letras de ADN, para probar si la cosa funcionaba.

El experimento: 302 intentos, 16 éxitos

El primer virus diseñado por una IA ya es una realidad: la tecnología que podría revolucionar la medicina o desatar una pesadilla

Este modelo de IA se ha creado en la Universidad de Stanford

El proceso tiene su miga. Los científicos generaron 302 genomas candidatos y los sintetizaron en el laboratorio para meterlos en bacterias E. coli. De todos esos intentos, 16 virus consiguieron infectar y matar las bacterias, lo que viene a demostrar que la IA puede crear código genético viable sin seguir plantillas conocidas.

Lo que ha llamado la atención de expertos como Jef Boeke (NYU Langone Health) es que estos virus no son simples variaciones. Contienen genes reorganizados y secuencias nunca vistas que funcionan pese a romper las reglas que creíamos conocer. Esto sugiere que la IA ha encontrado soluciones biológicas en las que nosotros no habíamos pensado.

No es la primera vez que vemos IA aplicada a virus. Como ya contaba Andro4all, modelos como LucaProt han identificado más de 160.000 especies de virus de ARN analizando bases de datos genómicas. Pero una cosa es encontrar virus que ya existen y otra muy distinta es diseñarlos desde cero.

Las aplicaciones médicas saltan a la vista. Los bacteriófagos pueden atacar bacterias resistentes a antibióticos, y tener virus diseñados a medida abriría la puerta a terapias génicas mucho más específicas. El problema —y aquí viene lo preocupante— es que la misma tecnología podría usarse para crear patógenos peligrosos.

Los autores del estudio han sido cuidadosos: han evitado incluir información sobre virus que infectan humanos en su modelo de entrenamiento. Pero el método está ahí, y J. Craig Venter, el pionero en genomas sintéticos, lleva años advirtiendo sobre los riesgos. Crear virus como el ántrax o la viruela mediante IA sería técnicamente posible con los datos y métodos adecuados.

También en los océanos se están descubriendo virus con ayuda de IA. Según explica Andro4all, investigadores han encontrado 230 virus gigantes marinos usando herramientas similares. Estos virus manipulan procesos como la fotosíntesis, lo que amplía bastante las posibles aplicaciones de la tecnología.

Ahora bien, no nos llevemos a engaño con las limitaciones actuales. El genoma de E. coli tiene 4,6 millones de bases frente a las 5.000 del virus que han recreado. Diseñar bacterias completas requeriría una capacidad computacional y métodos de síntesis que simplemente no tenemos. Y los genomas de organismos más complejos, con cientos de millones de bases, están completamente fuera del alcance.

La visión de futuro incluye laboratorios donde la IA propone genomas, los robots los construyen y sistemas automatizados los prueban en bucles continuos. Jason Kelly, de Ginkgo Bioworks, lo compara con los proyectos científicos más ambiciosos de la historia. De momento, estamos en los primeros pasos de algo que podría cambiar la biología tal y como la conocemos.

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