El sol ha lanzado la llamarada más grande de este año 2025, y ya sufrimos sus efectos
La erupción X2.7 del 14 de mayo causó apagones radiofónicos inmediatos y marca el pico de actividad solar registrado en lo que va de año

El pasado 14 de mayo el Sol decidió recordarnos quién manda con la erupción más potente registrada en lo que llevamos de 2025. La llamarada, clasificada como X2.7 en una escala donde X representa la máxima intensidad, tuvo su origen en la región activa AR 4087 y alcanzó su punto máximo a las 08:25 UTC. El resultado fue inmediato: interferencias en las comunicaciones por radio de alta frecuencia en toda la zona diurna terrestre.
Según podemos leer en ScienceAlert, aunque este evento ha superado todo lo que habíamos visto hasta ahora en el año, la región AR 4087 no se conformó con una sola demostración y generó cuatro erupciones adicionales ese mismo día, con intensidades que oscilaron entre M1.2 y M7.5.
Los efectos ya se sienten en la Tierra
Los apagones radiofónicos llegaron de forma inmediata y afectaron principalmente a las comunicaciones de alta frecuencia que utilizan aviación y servicios de emergencia. Aunque fueron temporales y no causaron daños graves en infraestructuras, la situación deja claro lo vulnerables que somos ante la actividad solar.
Todo esto es bastante normal cuando nos encontramos en pleno máximo solar, esa fase del ciclo de 11 años de nuestra estrella en la que su actividad alcanza los niveles más altos. Esta fase fue declarada oficialmente en octubre de 2024. Es cierto que la intensidad ha bajado respecto al pico del año pasado (cuando se alcanzó una llamarada X9.0), pero el Sol sigue bastante activo.
La ubicación de AR 4087 en el borde solar ha reducido el impacto directo sobre la Tierra, pero los científicos no bajan la guardia. Conforme esta región vaya rotando hacia el centro del disco solar en los próximos días, aumenta el riesgo de que futuras erupciones generen eyecciones de masa coronal (nubes de partículas cargadas) dirigidas directamente hacia nosotros.
Las llamaradas solares extremas son más frecuentes de lo que inicialmente se pensaba, y eventos como el del 14 de mayo lo demuestran claramente. Aunque esta erupción X2.7 no generó una eyección de masa coronal significativa, la cosa puede cambiar rápidamente.
Los sistemas de alerta temprana de meteorología espacial, coordinados por agencias como la NOAA y la ESA, trabajan sin parar para monitorizar este tipo de actividad. Para nosotros, estos eventos representan tanto un riesgo tecnológico como una oportunidad única de observar auroras boreales en latitudes inusuales, como ya pasó durante las tormentas solares de junio del año pasado.
El máximo solar va a continuar durante los próximos meses, así que probablemente sigamos viendo erupciones de alta intensidad. La clave está en mantener los sistemas de protección actualizados y prepararse para posibles interrupciones en servicios GPS y comunicaciones satelitales. Al final, nuestra dependencia tecnológica también nos hace más vulnerables a los caprichos de nuestra estrella.