Júpiter fue el doble de grande y tuvo un campo magnético 50 veces más potente en su juventud

Un estudio revela que el gigante gaseoso tenía el doble de tamaño hace 4.500 millones de años y un campo magnético 50 veces más intenso que el actual

Júpiter fue el doble de grande y tuvo un campo magnético 50 veces más potente en su juventud
Júpiter era mucho más grande en sus primeros millones de años, según han descubierto los científicos analizando las órbitas de sus lunas Amaltea y Tebe
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

No es que Júpiter haya estado haciendo dieta durante miles de millones de años, pero lo cierto es que el planeta era bastante más impresionante en su juventud. Un nuevo estudio publicado en Nature Astronomy ha revelado que hace 4.500 millones de años, cuando el sistema solar era apenas un bebé, Júpiter tenía el doble de tamaño que actualmente y su campo magnético era 50 veces más potente.

La investigación, liderada por científicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y la Universidad de Míchigan, ha utilizado una metodología innovadora basada en el análisis de las órbitas según un estudio publicado en Nature Astronomy de las lunas Amaltea y Tebe para reconstruir cómo era Júpiter en sus primeros millones de años. Los hallazgos cambian nuestra comprensión de cómo se formó el sistema solar.

Las lunas de Júpiter guardan los secretos del pasado

Los investigadores han estudiado las órbitas inclinadas de dos pequeñas lunas de Júpiter que conservan información sobre su planeta hace miles de millones de años. Amaltea y Tebe actúan como registros de cómo era el gigante gaseoso en el pasado, manteniendo en sus trayectorias las huellas de aquella época.

El Júpiter primitivo tenía entre 2 y 2,5 veces su radio actual, lo que equivale a unas 2.000 veces el tamaño de la Tierra. Su campo magnético alcanzaba los 21 militeslas, una cifra 50 veces superior a la actual. Era como si Júpiter fuera un gigante inflado con un escudo magnético descomunal.

"Es asombroso que persistan pistas de hace 4.500 millones de años", explica Fred C. Adams, investigador de la Universidad de Míchigan y coautor del estudio. Esta información permite reconstruir un momento crítico: cuando la nebulosa protosolar se disipaba y se "congelaba" la arquitectura planetaria actual.

Júpiter estaba acumulando material a una tasa de entre 1,2 y 2,4 masas jovianas por millón de años. Esto confirma la teoría de acreción del núcleo para la formación de planetas gigantes, según la cual se forman primero como núcleos rocosos que después atraen enormes cantidades de gas.

Konstantin Batygin, investigador principal del estudio en Caltech, señala que "establecemos un punto de referencia para reconstruir la evolución del sistema solar". Esta técnica de usar lunas como registro del pasado planetario podría aplicarse también a otros gigantes gaseosos.

El descubrimiento explica por qué Júpiter es considerado el "arquitecto" del sistema solar. Su inmensa gravedad primitiva moldeó las órbitas de otros planetas y limpió escombros espaciales, creando las condiciones que permitieron la formación de planetas rocosos como la Tierra.

Lo interesante es que algo está pasando siempre en Júpiter, no solo ahora sino también en su pasado más remoto. Los secretos de sus lunas nos permiten viajar en el tiempo y entender cómo era este gigante cuando el sistema solar daba sus primeros pasos.

¿Qué más secretos esconderán las lunas de otros planetas? Puede que la respuesta a si existe vida en nuestro sistema solar esté en estos satélites naturales que guardan información del pasado. Después de todo, lugares como el enigmático lago volcánico de Ío siguen sorprendiéndonos con descubrimientos que nos ayudan a entender mejor a Júpiter y todo el sistema solar.

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