Pequeñitos, gorditos y peludos, así son los renos más pequeños del mundo que están causando sensación

Descubre el hábitat, las adaptaciones fisiológicas, la alimentación, el comportamiento y los desafíos por el cambio climático a los que se enfrentan los renos de Svalbard

Pequeñitos, gorditos y peludos, así son los renos más pequeños del mundo que están causando sensación
Así son los renos de Svalbard / Imagen: Bjørn Christian Tørrissen - Wikimedia Commons
Publicado en Ciencia

Existen cantidad de leyendas, celebraciones religiosas, tradiciones gastronómicas y elementos clásicos de la Navidad, siendo uno de ellos el reno. El animal por excelencia de esta época suele sorprender por su aspecto grande y robusto, y no es para menos, ya que son los encargados de tirar del trineo mágico de Santa Claus. Bueno, no todos… porque si nuestros regalos de Nochebuena dependieran de los adorables y peludos renos de Svalbard, seguramente ese día no encontraríamos nada bajo el árbol.

Los renos de Svalbard son una subespecie que habita exclusivamente en el archipiélago noruego de Svalbard, situado en el mar Glacial Ártico, al norte del continente europeo. Estos renos son reconocidos como los más pequeños del mundo, midiendo aproximadamente 1,5 metros de largo y 1 metro de alto, casi la mitad del tamaño de otros renos. Su apariencia es notable: son más bajos, robustos y tienen un pelaje mucho más denso que el de sus parientes continentales, lo que les proporciona un excelente aislamiento en su hábitat ártico.

Así son los renos de Svalbard, los más pequeños del mundo

Esta especie de mamífero, perteneciente a la familia de los cérvidos, han habitado esta región durante unos 5.000 años, donde han evolucionado de manera extraordinaria en un ecosistema prácticamente libre de depredadores naturales. Aunque los osos polares pueden representar una amenaza ocasional, la interacción entre ambos es limitada. De hecho, este aislamiento ha logrado que tengan un comportamiento dócil hacia los humanos y se les pueda observar incluso en áreas urbanas, donde permiten que cualquiera se acerque a ellos sin mostrar temor.

Aunque generalmente son accesibles y mansos, estos renos, como cualquier animal, pueden reaccionar ante amenazas con movimientos de lo más curiosos. El comportamiento más común es que intenten dar una patada levantando sus patas delanteras, aunque su peso a menudo les impide despegar del suelo. Esto, según cuenta la ecologista Samantha Paige Dwinnell en la revista Popular Science, sirve como recordatorio de su naturaleza adaptativa y también resulta bastante cómico.

Los renos de Svalbard han desarrollado características específicas para sobrevivir en entornos extremos. Empezando por sus pezuñas capaces de soportar temperaturas cercanas a 0 °C y continuando por las modificaciones oculares que les permiten adaptar su visión según los cambios lumínicos estacionales, disfrutando de condiciones de luz tenue durante el invierno y manejando casi 24 horas de luz solar en verano. Y eso no es todo, porque también las patas les ayudan a conservar el calor, ya que al ser tan cortas, están más cercanas al cuerpo.

A diferencia de otros renos que se alimentan de líquenes, estos renos tienen una dieta especializada en la que consumen principalmente hierbas, una adaptación crucial dado que su hábitat no ofrece abundancia de líquenes. Durante el otoño, cuando las plantas comienzan a morir, excavan para buscar raíces nutritivas y desarrollan otras estrategias para encontrar este sustento, por lo que son capaces de adaptar su dieta según las condiciones ambientales.

A pesar de su capacidad para adaptarse rápidamente a cambios en su entorno, estos pequeños mamíferos enfrentan desafíos significativos debido al cambio climático. Las temperaturas cada vez son más altas y el clima cada vez es más cálido, generándoles estrés por calor y amenazando con modificar su ecosistema, que ya refleja cambios en la vegetación y el paisaje. Pese a que sus respuestas suelen ser muy rápidas y efectivas, no todas las poblaciones tienen el mismo acceso a una buena alimentación, lo que plantea ciertas preocupaciones sobre su sostenibilidad.

En definitiva, los pequeños, gorditos y peludos renos Svalbard son, además de una subespecie única, poco conocida y completamente adorable, un ejemplo fascinante de adaptación evolutiva en un entorno extremo. Su historia refleja no solo la resiliencia ante cambios ambientales, sino también los desafíos que enfrentan en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático.

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