Una fuente de energía "mágica": científicos descubren que el hielo salado genera electricidad al ser doblado

El curioso efecto del hielo salado que podría cambiar el futuro energético

Una fuente de energía "mágica": científicos descubren que el hielo salado genera electricidad al ser doblado
El sorprendente hallazgo revela que el hielo salado puede generar electricidad al doblarse, abriendo nuevas posibilidades para la energía limpia del futuro
Publicado en Ciencia

La ciencia no deja de sorprendernos, y es que un grupo de investigadores demostró que algo tan simple como agua congelada con sal puede generar electricidad cuando se dobla. Este fenómeno, que parece sacado de un truco de magia, en realidad responde a un efecto físico conocido como flexoelectricidad, y podría abrir la puerta a nuevas formas de producir energía limpia en el futuro.

¿Cómo funciona este fenómeno?

El experimento fue publicado en Nature Materials y consistió en crear pequeñas piezas de hielo salado en forma de conos y vigas curvas. Al aplicar presión y doblarlas repetidamente, los científicos observaron que se producía una corriente eléctrica.

Un único cono, de tamaño similar a un grano de pimienta, generó al rededor de 1 milivoltio. Si bien puede parecer insignificante, unir 2.000 de estas estructuras generaría suficiente energía para encender un pequeño LED.

La clave está en las finas capas de salmuera que se forman dentro del hielo, entre los granos que lo componen. Al doblar la pieza, se crea un gradiente de presión que hace que el líquido salado fluya hacia zonas de menor presión, transportando consigo partículas cargadas positivamente. Ese movimiento es lo que genera la corriente eléctrica.

¿Para qué podría servir?

Aunque la idea de cargar un móvil con un cubo de hielo aún queda muy lejos (sobre todo si tenemos en cuenta la potencia que tienen los cargadores actuales), este hallazgo es muy prometedor.

Según el físico experimental que lideró la investigación, Xin Wen, un bloque de hielo salado del tamaño de una habitación apenas alcanzaría para cargar un móvil hoy en día. Pero con más investigación, la eficiencia podría aumentar de manera considerable.

En el futuro, este tipo de energía podría usarse en sensores de bajo consumo, dispositivos en zonas extremadamente frías o incluso en la exploración de lugares como el Ártico o la Antártida, donde el hielo abunda. Además, se trata de un recurso totalmente limpio, sin emisiones contaminantes ni residuos.

Podríamos decir que este avance no solo amplía nuestra comprensión sobre el comportamiento del hielo y la electricidad, sino que también refuerza la idea de que los materiales más comunes pueden esconder propiedades extraordinarias. Quizá dentro de unos años, lo que hoy parece un experimento curioso se convierta en una fuente real de energía renovable.

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