Otra abultada multa para Facebook por una filtración de 2018: ha sido sancionada con 251 millones de euros
La compañía de Mark Zuckerberg se enfrenta a una nueva sanción por exponer datos sensibles de millones de usuarios, incluida información religiosa y política

La Autoridad de Protección de Datos de Irlanda ha impuesto una multa histórica a Meta por una grave brecha de seguridad ocurrida en 2018. La filtración expuso datos personales de 29 millones de usuarios de Facebook, de los cuales 3 millones pertenecían a ciudadanos de la Unión Europea, según informa Bolsamanía.
La sanción de 251 millones de euros se suma a una serie de multas que Meta ha recibido en Europa. La más significativa hasta la fecha había sido de 798 millones de euros, lo que demuestra el creciente escrutinio sobre las prácticas de privacidad de la compañía. Esta nueva penalización responde a fallos fundamentales en el diseño y desarrollo de los sistemas de protección de datos.
Las consecuencias de una brecha de seguridad sin precedentes
La gravedad de la filtración radica en la naturaleza sensible de los datos comprometidos. Los ciberdelincuentes accedieron a información personal que incluía nombres completos, correos electrónicos, números de teléfono, ubicaciones, lugares de trabajo, fechas de nacimiento, creencias religiosas, género y hasta datos de menores. Todo esto fue posible debido a una vulnerabilidad en el sistema de "tokens" de usuario de Facebook.
Meta ya había sido sancionada anteriormente por recopilar información de manera ilegal, pero este caso es particularmente grave por el riesgo que supuso para la privacidad de los usuarios. La DPC ha enfatizado que los perfiles de Facebook suelen contener información extremadamente sensible sobre creencias religiosas, orientación política y sexual, datos que los usuarios solo desean compartir en circunstancias específicas.
La autoridad reguladora ha sido especialmente crítica con Meta por no haber integrado adecuadamente los requisitos de protección de datos durante el ciclo de diseño y desarrollo de sus sistemas. Aunque la compañía solucionó la vulnerabilidad poco después de descubrirla, el daño ya estaba hecho: millones de usuarios vieron expuesta información que podría comprometer sus derechos y libertades fundamentales.
Esta sanción envía un mensaje claro a las grandes tecnológicas: la protección de datos no puede ser una consideración secundaria en el desarrollo de sus plataformas. La multa no solo busca castigar la negligencia pasada, sino también prevenir futuros fallos de seguridad que puedan poner en riesgo la privacidad de los usuarios europeos.