La razón por la que el Pixel 10 podría ser el móvil del año es un detalle que ha pasado desapercibido (y es el más importante de todos)
El próximo 20 de agosto, Google tiene una cita en Nueva York para presentar al mundo sus nuevos Pixel 10 y Pixel 10 Pro. Y como cada año por estas fechas, la maquinaria del hype ya funciona a pleno rendimiento

Llevo analizando cada generación de la familia Google Pixel desde su nacimiento. He sido testigo de su evolución, he aplaudido sus aciertos y he señalado, año tras año, sus defectos. Porque, a pesar de ser usuario de esta serie de dispositivos prácticamente desde el día uno, he de admitir que la historia de los Pixel siempre ha sido la de una promesa incumplida, la de un teléfono que podría haber sido el mejor, pero que se quedaba a las puertas por culpa de unos compromisos incomprensibles.
Por un lado, la magia. La experiencia de software de un Pixel es, sencillamente, la mejor de Android. Es la visión pura de Google, un sistema operativo fluido, inteligente y lleno de detalles que te hacen la vida más fácil. Y qué decir de su cámara. Google no necesita los sensores más grandes ni los teleobjetivos más potentes para conseguir, gracias a la magia de la fotografía computacional, resultados que siguen siendo la envidia de la industria. Un Pixel es un teléfono con alma, un dispositivo que da gusto usar.
Pero, por otro lado, siempre ha estado el "pero". El eterno talón de Aquiles. Una autonomía que, siendo generosos, siempre ha sido mediocre. Un rendimiento que, aunque bueno, nunca ha estado a la altura de los buques insignia de la competencia, acompañado de unos problemas de sobrecalentamiento que aparecían a la mínima que le exigías un poco más de la cuenta. Durante años, hemos aceptado este pacto: para disfrutar del mejor software y la mejor cámara, teníamos que renunciar a tener el mejor hardware.
Y la culpa de casi todos estos males tenía un nombre: el procesador Google Tensor, y más concretamente, la compañía encargada de fabricarlo, Samsung. Hasta ahora. Porque la gran noticia, la que ha pasado inexplicablemente desapercibida entre tanto ruido de IA y cámaras, es que con el Pixel 10, eso va a cambiar. Y ese cambio podría ser la clave para que, por fin, tengamos el Pixel que siempre debimos tener.
La "guerra de las fundiciones": por qué TSMC es el rey del silicio

Una placa de silicio
Para entender la magnitud de este cambio, hay que hablar de un concepto que a muchos les sonará a chino, pero que es fundamental: las "fundiciones" de semiconductores. De forma muy simple, una fundición es la fábrica donde se construyen los procesadores. Y en el mundo, solo hay dos grandes reyes: la surcoreana Samsung Foundry y la taiwanesa TSMC.
Durante años, hemos asistido a una guerra silenciosa entre ambas, una batalla por conseguir el proceso de fabricación más avanzado, más eficiente y más potente. Y en esa batalla, seamos claros, TSMC ha ganado por goleada.
No hace falta ser un ingeniero para verlo. El ejemplo más claro lo hemos tenido durante años en los propios móviles de Samsung. Los modelos de la serie Galaxy S que se vendían en Estados Unidos y otros mercados llegaban con un procesador Snapdragon de Qualcomm (fabricado por TSMC), mientras que los que llegaban a Europa lo hacían con un procesador Exynos (fabricado por Samsung). Y año tras año, las pruebas demostraban lo mismo: a igualdad de condiciones, el chip de TSMC era más potente, se calentaba menos y, sobre todo, era muchísimo más eficiente energéticamente, lo que se traducía en una mayor duración de la batería.
¿Y qué tiene que ver todo esto con los Pixel? Pues todo. Los procesadores Google Tensor, desde su primera generación, han estado basados en la arquitectura de los Exynos y, lo que es más importante, han sido fabricados por Samsung. Heredaron, por tanto, no solo algunas de sus virtudes, sino también todos sus defectos: un rendimiento por debajo de la competencia y, sobre todo, una eficiencia energética deficiente que lastraba la autonomía de los teléfonos.
Tensor G5: el corazón del cambio

El procesador Tensor que da vida a los smartphones de la serie Google Pixel
Según todas las filtraciones, el nuevo procesador del Pixel 10, que probablemente se llamará Tensor G5, será el primer chip de Google fabricado por TSMC como parte de un acuerdo que estará vigente durante varios años. Y este, amigos, es el verdadero game changer.
Es posible que la arquitectura de la CPU y la GPU no suponga un salto revolucionario respecto a la generación anterior. Pero el simple hecho de estar fabricado con el nodo de proceso de última generación de TSMC debería solucionar de un plumazo los dos grandes problemas históricos de los Pixel.
En primer lugar, la eficiencia energética. Un proceso de fabricación más avanzado permite que los transistores sean más pequeños y consuman menos energía para realizar la misma tarea. Esto debería traducirse, directamente, en un aumento muy significativo de la duración de la batería, incluso manteniendo la misma capacidad en miliamperios (si bien las últimas filtraciones sugieren que habrá un salto importante en este sentido).
En segundo lugar, la gestión térmica. Un chip más eficiente genera menos calor residual. Esto significa que el Pixel 10 debería sufrir mucho menos de sobrecalentamiento. No solo será más cómodo de sostener en la mano durante una sesión de juego, sino que su rendimiento será mucho más sostenido en el tiempo. Se acabó el thermal throttling que hacía que el rendimiento del teléfono decayera a los pocos minutos de exigirle.
¿Y qué más podemos esperar del Pixel 10?

La serie Pixel 10 filtrada en la Play Store de Google
Por supuesto, el Pixel 10 traerá más novedades. Se espera un refinamiento en el diseño, con nuevos colores y un mejor aprovechamiento del espacio, aunque manteniendo las líneas de la generación anterior. El sistema de cámaras, como cada año, seguramente nos sorprenderá con algún nuevo truco de software y seguirá estando en lo más alto del mercado. Y las nuevas funciones de IA con Gemini serán, sin duda, las protagonistas de la presentación.
Pero todas estas mejoras, por muy espectaculares que sean, se verán potenciadas por este cambio fundamental. Las nuevas funciones de IA se ejecutarán de forma más rápida y eficiente, la cámara procesará las imágenes con mayor celeridad y el sistema operativo se sentirá aún más fluido, todo ello sin drenar la batería a un ritmo alarmante.
La oportunidad de oro para Google
El 20 de agosto, Google tiene una oportunidad de oro. La oportunidad de presentar, por fin, un Pixel sin compromisos. Un teléfono que no solo tenga el mejor software y una de las mejores cámaras, sino que también ofrezca un rendimiento sostenido y una autonomía que estén a la altura de los mejores.
Durante años, muchos hemos soñado con un Pixel que tuviera la eficiencia y la gestión energética de un iPhone. Un teléfono que combinara la magia del software de Google con la excelencia del hardware que solo TSMC parece ser capaz de producir. Y el Pixel 10, por primera vez, tiene el potencial de ser ese teléfono. Si el nuevo Tensor fabricado por TSMC cumple su promesa, puede que este 20 de agosto no asistamos a la presentación de un nuevo Pixel, sino a la del Pixel que siempre debimos tener. Y esa, amigos, es la noticia más emocionante de todas.