Huawei nos anticipa teléfonos capaces de dibujar como un pintor
Con las cámaras fotográficas diferenciando ya a los smartphones de más alta gama y con la inteligencia artificial entrando de lleno a dotar de capacidades avanzadas a la fotografía móvil, lo cierto es que cabe fijarse en que efectivamente es la fotografía computacional y el procesado de imágenes lo que debe marcar la diferencia en un espacio reducido como el de un smartphone.
Google ha marcado el camino sin alardes en sus Pixel, y siendo obvio que un teléfono no podrá nunca montar sensores ni objetivos más prestacionales de la fotografía profesional, el procesador de imágenes y la conectividad permanente deben ofrecer más para paliar las deficiencias en unos smartphones que se acercan peligrosamente a las cámaras compactas, si no han llegado ya a su nivel...
En este sentido, quizás la solución de Huawei sea una de las más ingeniosas del mercado, montando tres sensores cada uno con capacidades y configuraciones diferentes que ofrecen al procesador capturas con diferentes parámetros de la misma escena, permitiendo jugar mucho más con la fotografía móvil y mejorando de paso el zoom híbrido o el que ya es el mejor modo nocturno de la industria.
Huawei Mate 20, una IA superior al servicio de la mejor fotografía
Es la nueva serie Mate 20 de Huawei la que mejor escenifica la evolución de la fotografía móvil, sumando un chipset Kirin 980 con doble NPU y capacidades avanzadas en IA que se ponen al servicio del usuario para ayudarlo a ser mejor fotógrafo y casi un director de cine.
No sólo está ahí presente la IA, que además permite a la más alta gama de Huawei mejorar la autenticación biométrica en un elenco inacabable de opciones que incluyen Face Unlock o Bone Voice ID, reconocer el lenguaje natural en los asistentes de voz o conseguir una óptima gestión de los recursos y el rendimiento según las necesidades puntuales que requiera el usuario.
Centrándonos en el apartado multimedia, cabe destacar que los nuevos tope de gama del fabricante chino son capaces de gestionar y reconocer hasta 4.500 imágenes por minuto, capturando todo el detalle que vean los tres ojos de su módulo fotográfico firmado por Leica que puede ajustarse según 1.500 escenas para mejorar el resultado final de forma totalmente transparente a un usuario al que además se ofrecerán consejos para que tome las fotografías con la mayor calidad posible.
Los dispositivos Huawei Mate 20 son capaces de entender lo que ven para configurar su cámara, sumando un nuevo modo SuperMacro para los primeros planos y la función Fotografía de Pintura IA que se permite segmentar diferentes objetos y escenas en una sola fotografía, configurando por separado cada parte de la foto para que el resultado final sea perfecto.
No sólo eso, y es se incorporan modos de producir vídeo como AI Cinema que hacen al teléfono capaz de identificar edificios, monumentos u otros objetos en tiempo real, así como nuevos filtros aplicables a medida que grabamos o el estabilizador AIS y un desenfoque potenciado por IA que hará las delicias de los que quieran vídeos más creativos.
No falta un zoom que se aprovecha del procesador de imágenes, la IA y los tres sensores para conseguir más definición y mejores resultados con hasta 5 aumentos en un modo híbrido que usa tanto el zoom óptico como la interpolación digital. Huawei ha desarrollado también un editor de vídeo inteligente que puede identificar caras y personas para crear de forma automática vídeos separados para cada uno dentro de la misma secuencia. ¿Impresionante, no?
¿Teléfonos que imitarán a Velázquez? Pues no parecen estar tan lejos...
Es cierto que no hemos visto todavía un teléfono que pueda dibujar como un pintor del Barroco, pero también es verdad que la inteligencia artificial ya ha sido utilizada para crear obras de arte brocha en mano -brocha digital, eso sí- y la tecnología necesaria ya existe y puede implementarse.
En este sentido, afirman algunos expertos que una máquina nunca podrá tener la creatividad de un artista humano, pero la computación cognitiva intenta emular la mente para dotar a las máquinas de la capacidad de experimentar y retener conocimientos tal y como lo hace nuestro cerebro.
Esto haría capaces a los ordenadores de "pensar" como un humano y aprender de lo que han visto o han ejecutado, pudiendo luego imitar o tomar decisiones como haríamos nosotros en situaciones que lo requieran. ¿Por qué no también tomar la iniciativa y proponer acciones o crear desde cero?
No es tan descabellado ver máquinas que aprendan técnicas de pintura y dibujo, tampoco que vean y reconozcan épocas y composiciones de grandes artistas para desarrollar un estilo propio y crear nuevas obras a partir de su experiencia. No será en el presente, tampoco a corto plazo, pero en un futuro próximo veremos seguro teléfonos que puedan pensar e interactuar con nosotros... ¡será interesante!
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