Ford tiene un plan para traer dos nuevos coches eléctricos baratos a Europa: hacer que Renault los fabrique
Ford usará la plataforma y las fábricas de Renault para lanzar dos eléctricos asequibles en 2028, cubriendo el hueco del Fiesta con tecnología francesa
Ford se ha cansado de perder dinero intentando desarrollar coches eléctricos pequeños por su cuenta. La marca del óvalo ha tomado una decisión drástica para rellenar el hueco que dejó el difunto Fiesta: pedir ayuda a Renault. El plan es puro pragmatismo industrial: los franceses ponen la tecnología y la fábrica, mientras Ford pone el diseño y el logotipo para intentar frenar su caída en ventas en el viejo continente.
La noticia nos llega desde ArenaEV, donde cuentan que Ford utilizará la plataforma Ampere de Renault para lanzar dos nuevos modelos "asequibles". El objetivo es detener la sangría de costes y tener producto rápido en la calle, ya que desarrollar una base propia desde cero habría retrasado todo hasta bien entrada la próxima década, algo inviable tal y como está el mercado.
Un Fiesta con tripas francesas
El acuerdo contempla dos vehículos que se fabricarán directamente en Francia, en las plantas de Renault. El primero llegará a los concesionarios a principios de 2028 y ejercerá de sucesor espiritual del Ford Fiesta, compartiendo la base técnica con el actual Renault 5. El segundo modelo estará emparentado con el futuro Renault 4, apuntando casi con seguridad a una carrocería tipo crossover urbano.
Aunque ambas marcas prometen que no será un simple cambio de pegatinas, la realidad es tozuda. Ford se encargará del diseño exterior, el interior y la puesta a punto del chasis para que la conducción tenga ese tacto directo típico de la marca, pero el corazón del coche —batería, motor y gestión eléctrica— será 100% tecnología de la división Ampere de Renault.
Jim Farley, el consejero delegado de Ford, defiende el movimiento por eficiencia, pero es una admisión de derrota en el segmento pequeño. Saben que el mercado demanda coches eléctricos con buena autonomía y precio bajo, y ellos no pueden fabricarlos rentables por sí mismos ahora mismo. Al "alquilar" la plataforma francesa, se ahorran la inversión en I+D y consiguen entrar a competir en precio mucho antes.
Para Renault, la jugada es redonda: llenan sus líneas de producción y rentabilizan su tecnología. Es una estrategia de volumen vital para ellos, similar a lo que buscan reviviendo clásicos como el Twingo. En la industria actual, si no vendes suficientes coches tú solo para pagar las facturas, la solución más inteligente es fabricárselos a tu rival.
La colaboración podría ir a más en el futuro. Ambas empresas ya están estudiando extender este "matrimonio de conveniencia" a las furgonetas comerciales eléctricas. De momento, la única certeza es que si en 2028 te compras un Ford eléctrico pequeño, estarás conduciendo ingeniería francesa con un traje americano muy bien cortado.