"Jarvis" existe y cuesta 260 euros: las gafas inteligentes con cámara 4K que controlan tu coche a distancia
Li Auto lanza las Livis, unas gafas de 36 gramos que graban en 4K y permiten gestionar la climatización y apertura de sus coches mediante voz
Li Auto se ha sacado de la manga unas gafas inteligentes para controlar sus coches. Se llaman Livis, cuestan unos 260 euros al cambio y sirven básicamente para que le hables a tu vehículo sin tener que sacar el móvil del bolsillo. Es un movimiento curioso para un fabricante de automoción: en vez de darte una llave o una tarjeta, te venden un wearable para que te sientas como Tony Stark, aunque sea a escala reducida.
Los detalles técnicos salen de CarNewsChina, donde confirman que el dispositivo ya es oficial en su mercado local. La idea es sencilla: unas gafas que llevas puestas y que se conectan al sistema del coche para ejecutar órdenes a distancia. No inventan la rueda, pero integran la electrónica de consumo en el coche de una forma que pocas marcas se han atrevido a hacer hasta ahora.
Un mando a distancia en la cara
Lo mejor que tienen es que no parecen un ladrillo. Pesan solo 36 gramos, lo que las hace bastante más ligeras que la media y permite llevarlas puestas sin que molesten demasiado. En la patilla esconden una cámara con sensor Sony de 12 megapíxeles que graba en 4K, unas especificaciones de captura que ya quisieran para sí las futuras gafas de Samsung o los prototipos de Google que todavía estamos esperando.
La función principal es hablar con el coche. Tienen un alcance de 100 metros para que, mediante comandos de voz, puedas abrir las puertas, encender el aire acondicionado o comprobar cuánto le queda de batería —lo siguiente es pedirle al coche que venga a recogerte, cual Michael Knight de Hacendado—. No tiene nada que ver con otras gafas de realidad aumentada llenas de pantallas; aquí no ves hologramas, es puro control remoto por voz para no depender de la aplicación del móvil.
La batería aguanta unas 19 horas y el propio coche viene con un hueco para cargarlas sin cables. La duda razonable es si esto aporta algo real. Al final, hacen exactamente lo mismo que el teléfono, pero obligándote a llevar algo puesto en la nariz. Li Auto lo vende como comodidad y manos libres, pero suena más a capricho tecnológico redundante que a una solución a un problema que tuviéramos los conductores.