3 años después del lanzamiento del legendario Xiaomi Mi A1, Android One está agonizando
Android One jamás será lo que un día nos prometió, y probablemente nunca veamos otro móvil como el Xiaomi Mi A1.
Cuando Android One evolucionó y pasó a convertirse en una plataforma destinada a llevar la experiencia más pura con Android a un mayor número de personas, todos pensamos que esa era la salvación a los problemas de actualizaciones de la gama media, y la iniciativa que lograría revolucionar el mercado de los móviles baratos.
Qué equivocados estábamos.
Porque han pasado tres años desde ese momento, en el que Google se asoció con Xiaomi para dar vida al Mi A1, el primer móvil de la firma china con Android One, y probablemente uno de los mejores teléfonos que Xiaomi haya creado jamás. Y lo que a día de hoy debería ser uno de los recursos más utilizados por las firmas telefónicas para ofrecer terminales dedicados a aquellos que prefieren una experiencia lo más cercana posible al Android de Google, ha acabado siendo una plataforma en vías de convertirse en una integrante más del cementerio de productos desaparecidos de Google.
Promesas incumplidas y firmas que decidieron dar la espalda a Android One
Un vistazo rápido a la página oficial de Android One basta para ver que el soporte y las actualizaciones son dos de los pilares básicos en los que Google quiso fundamentar la experiencia Android One.
O, al menos, esa era la idea hasta que firmas como Xiaomi decidieron hacer caso omiso a estos fundamentos, siendo el del Xiaomi Mi A3 el ejemplo más claro: un teléfono lanzado con Android 9 para el que se aseguraban dos años de actualizaciones, al que la compañía fue incapaz de actualizar a Android 10 sin cargarse varias cosas por el camino, y ofreciendo finalmente una experiencia muy inferior a la que podían ofrecer los modelos de la compañía basados en MIUI.
El Xiaomi Mi A1, junto a uno de los móviles de Xiaomi con MIUI(.
Aún hoy, cuando Android 11 lleva ya unos meses entre nosotros, muchos Mi A3 siguen sin haber recibido la actualización oficial a Android 10, y los planes de actualización a Android 11 para este dispositivo aún son todo un misterio.
Pero Xiaomi no ha sido la única con problemas en este sentido. Otras firmas, como Motorola, también han sido incapaces de llevar las versiones de Android más recientes a sus terminales basados en la plataforma Android One, de nuevo haciendo que una de las supuestas ventajas de Android One terminase siendo uno de los grandes puntos débiles de la plataforma.
Android One en la actualidad
Pero a pesar de todo, aún hay una marca que sigue apostándolo todo a Android One, y no es otra que Nokia.
Puede que sus terminales no se encuentren entre los más interesantes del mercado, pero la filosofía de la firma de ofrecer actualizaciones rápidas y durante un mínimo de dos años le han llevado a ser una de las firmas más recomendables si lo que te preocupa es la seguridad y el soporte.
El Nokia 8.3 es uno de los últimos móviles con Android One.
Si, a eso, le sumamos la experiencia limpia y coherente que ofrece Android One, acabamos obteniendo una de las mejores experiencias de software disponibles en el mercado móvil actual.
Ahora bien, eso no significa que el recorrido de Nokia con Android One sea perfecto. Es cierto que todos y cada uno de sus móviles ya se han actualizado a Android 10. Pero también lo es que terminales como los Nokia 3.1 y 5.1 lo hicieron en octubre de 2020, casi un año después del lanzamiento de Android 10 por parte de Google.
El problema de Android One, en mi opinión, es que Google en ningún momento decidió fijar unas obligaciones con las que los fabricantes adheridos a la iniciativa deberían comprometerse, ya fuesen actualizaciones dentro de un rango de fechas posterior al lanzamiento de cada nueva versión de Android, o la obligación de actualizar los dispositivos mensualmente con los parches de seguridad liberados el primer lunes de cada mes.
Eso, al final, ha acabado por ensuciar la imagen de Android One, una buena idea mal ejecutada que, salvo un repentino cambio de planes, me temo acabará como la serie Mi A de Xiaomi: enterrada y olvidada.
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