Según Amnistía Internacional, el modelo de negocio de Google y Facebook es una amenaza para los derechos humanos
Google y Facebook siguen siendo el foco de las críticas de importantes instituciones mundiales por el trato que dan a sus usuarios y a los datos privados de estos. A estas alturas del juego, no son de extrañar estas acusaciones tras ver cómo Facebook pagaba a usuarios de entre 13 y 35 años por sus datos, por poner tan solo un ejemplo.
En esta ocasión, ha sido Amnistía Internacional la encargada de acusar directamente a Google y Facebook de tener un modelo de negocio que amenaza los derechos humanos. Lo ha hecho a través de "Gigantes de la Vigilancia", un informe demoledor en el que no duda en afirmar que la vigilancia de estas dos compañías supone un ataque a los derechos de las personas.
Amnistía Internacional, contra Google y Facebook por su vigilancia
"Nosotros no monetizamos las cosas que creamos, monetizamos a los usuarios", dijo el padre de Android, Andy Rubin, allá por 2013. Con esa frase tan ilustrativa abre el primer capítulo de "Gigantes de la Vigilancia", el informe de Amnistía Internacional en el acusa a Google y a Facebook de ejercer una vigilancia con sus usuarios que amenaza gravemente los derechos humanos de los mismos.
En primer lugar, ese control de las personas y sus datos personales supone una amenaza a su derecho a la privacidad sin precedentes. No es que los usuarios tengan mucha opción ya, que como explica la organización, estas dos compañías controlan los canales más importantes que utilizan las personas para conectar entre sí. Es casi imposible vivir sin los servicios de Google y Facebook, ambas lo saben y se aprovechan de su poder.
Los efectos colaterales de esa vigilancia conllevan un grave riesgo para otros derechos, como el de libertad de expresión y opinión, libertad de pensamiento y derecho a la no discriminación. Según Amnistía Internacional, para participar en la sociedad actual y hacer realidad sus derechos, los usuarios se ven "obligados" a utilizar los servicios de Google y Facebook.
En su informe, la organización mundial aprovecha para recalcar que los datos no son algo sin importancia, sino que son claves para las empresas a la hora de conocer cómo somos, qué nos gusta o cómo pensamos. Tras recopilarlos, las compañías utilizan esos datos para aumentar sus ingresos publicitarios, además de enviarlos a países que están muy interesados en ellos.
Finalmente, la organización asegura que estas dos compañías han campado a sus anchas porque han podido autoregular su comportamiento en la red. Sin embargo, Amnistía Internacional cree que la era de la autoregulación en la industria tecnológica pronto llegará a su fin, ya que el estado debe establecer unas normas con un enfoque basada principalmente en los derechos humanos.
Los responsables del informe han dado la oportunidad a Google y Facebook de responder a las críticas. En el comunicado de esta última, la compañía muestra su desacuerdo con las palabras de la organización, y aprovecha para asegurar que la propia Amnistía Internacional ha aprovecha su sistema de anuncios para llegar a los usuarios.
Sea como sea, es una evidencia que Google y Facebook no ejercen el mejor de los tratamientos con nuestros datos, además de no proporcionar las herramientas de seguridad y privacidad que realmente pueden. Terminamos con un ejemplo muy claro y es que, poco después de ser lanzado, se comprobó que el modo incógnito de Google Maps no era tan privado como la Gran G quería hacer ver.
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