No hace nada, pero es irresistible: Mirumi, el robot peludo que imita la curiosidad de un bebé, arrasa en Kickstarter

Yukai Engineering lanza en Kickstarter su robot de compañía, un dispositivo que se engancha al bolso y reacciona al entorno sin hacer ninguna tarea útil

No hace nada, pero es irresistible: Mirumi, el robot peludo que imita la curiosidad de un bebé, arrasa en Kickstarter
Mirumi utiliza sensores de movimiento para girar la cabeza y simular timidez, con un precio que ronda los 150 dólares y envíos previstos para 2026
Publicado en Robots
Por por Sergio Agudo

Fue la curiosidad del pasado CES y ahora busca convertirse en un producto real, aunque vas a tener que esperar sentado para recibirlo. Yukai Engineering ha abierto la campaña de financiación de Mirumi, un robot de compañía que se aleja de cualquier utilidad práctica para centrarse exclusivamente en la interacción emocional. Básicamente, es un peluche motorizado que se engancha al bolso y reacciona al entorno, diseñado por los mismos creadores del cojín con cola Qoobo.

Según informan en The Verge, la campaña ya está activa para quienes quieran arriesgarse con la reserva. Decimos arriesgarse porque, como suele pasar en estos proyectos de hardware, los plazos son largos: los envíos no empezarán hasta abril de 2026. Estamos hablando de pagar hoy por un dispositivo que, con suerte, llegará dentro de más de un año, una ventana de tiempo enorme para tecnología de consumo.

Sensores, motores y cero productividad

A nivel técnico, Mirumi no es muy complejo, pero sí ingenioso. Integra un sensor de distancia y una unidad de medición inercial (IMU) dentro de un cuerpo blando con dos brazos largos. Estos componentes le permiten saber si el usuario está caminando o quieto, y detectar si alguien se acerca demasiado. Su única función es girar la cabeza y mover los ojos para "cotillear", tal y como vimos cuando se presentó el prototipo funcional a principios de año.

El software está programado para simular una personalidad tímida. No esperes que salude o baile; si lo tocas bruscamente o lo agitas, el robot se encoge o niega con la cabeza. Es un enfoque diametralmente opuesto a la productividad, buscando destacar entre los productos tecnológicos del año por pura empatía artificial, no por especificaciones potentes.

El precio de entrada en la campaña es de unos 118 dólares al cambio (18.360 yenes), aunque el precio final de venta subirá hasta los 150 dólares. Es una cifra considerable para un accesorio estético, aunque lejos de los precios de otras excentricidades vistas en la feria, como la silla con climatización integrada. Aquí pagas por la ingeniería de los servos y el diseño, no por la utilidad.

Con este movimiento, Yukai confirma que sigue apostando por robots que "curan" la soledad. Es un nicho muy específico que funciona bien en Japón, pero que en occidente choca con el pragmatismo de pagar casi 150 euros por algo que no hace nada. Si la campaña sale adelante, veremos si en 2026 sigue habiendo interés por llevar un robot asustadizo colgado de la mochila.

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