Arnold Schwarzenegger nos dio el mejor resumen de 'Dos hombres y medio', y lo hizo en el momento justo
Ya ha pasado toda una década desde que finalizó la serie

Parece mentira, pero la genial comedia de situación Dos hombres y medio terminó hace ya más de 10 años, aunque en ese tiempo al menos hemos podido aprovechar para darle algún que otro revisionado a la serie creada por Chuck Lorre protagonizada por Charlie Harper (Charlie Sheen), su hermano Alan (Jon Cryer) y el joven Jake (Angus T. Jones).
Más tarde, tras la abrupta salida de Sheen, llegó Ashton Kutcher como Walden Schmidt para cerrar la etapa final, algo que sus responsables hicieron con un episodio lleno de detalles para recordar.
El teniente Schwarzenegger pone orden
La sitcom tuvo su broche de oro en febrero de 2015 con un episodio doble titulado Pues claro que está muerto, y fue allí donde un invitado muy especial se robó buena parte del protagonismo. Nada menos que Arnold Schwarzenegger apareció en pantalla interpretando al teniente Wagner, un policía encargado de explicar, con la mayor claridad y contundencia posible, todo lo que había pasado hasta ese momento con el personaje de Charlie Harper.
El cameo de Schwarzenegger funcionó como una especie de resumen dentro de la propia ficción. Con su particular tono, el actor repasaba las idas y venidas del personaje de Sheen, su supuesto accidente, las sospechas de que seguía con vida y la serie de indicios que habían mantenido en vilo a los protagonistas.
De este modo, la comedia utilizaba al héroe de acción por antonomasia para condensar en pocos minutos la montaña rusa de tramas que había acompañado la salida de Sheen de la serie en 2011 y todo lo que vino después.
El momento no pudo ser más acertado. La serie llegaba a su desenlace, los fans llevaban años debatiendo sobre el destino de Charlie, y lo que hacía falta era una voz contundente que pusiera orden. Schwarzenegger cumplió con esa función, otorgando un aire paródico a la despedida de Dos hombres y medio.
El otro final
Finalmente, el episodio jugó con el regreso de Charlie Harper, que efectivamente aparecía, aunque solo de espaldas, para acto seguido sufrir el gag definitivo: un piano cayendo sobre él. La broma se remató con el propio Chuck Lorre, creador de la serie, sufriendo el mismo destino frente a la cámara.