Cervantes coquetea con la bisexualidad en la nueva película de Alejandro Amenábar sobre su vida y cautiverio en Argel
Llevábamos mucho esperando una nueva cinta del director

Llevamos mucho tiempo sin ver una nueva película de Alejandro Amenábar, el director de cine hispano-chileno ganador de nada menos que once Goyas y un Oscar. Mientras dure la guerra, su último largo hasta la fecha, se estrenó en 2019, pero muy pronto volveremos a disfrutar de la mano del también responsable de Tesis, Abre los ojos, Los otros o Mar adentro.
De nuevo lo haremos, al igual que Ágora y Mientras dure la guerra, con una película histórica con muchas licencias narrativas, y además El cautivo, que narrará las vivencias de un joven Miguel de Cervantes, ha adelantado su fecha de estreno en cines.
Conociendo su historia, no sus historias
Solo unas semanas, llegando ahora esta nueva cinta de producción hispano-italiana a los cines el próximo 12 de septiembre y estando protagonizada por Julio Peña en el papel de Cervantes. A este le acompañan Alessandro Borghi, Miguel Rellán, Fernando Tejero o Luis Callejo, entre otros, en una película que nos traslada a 1575, cuando el escritor fue capturado por corsarios y llevado a Argel.
Durante su cautiverio, Cervantes no solo encuentra refugio en la narración de historias que dan esperanza a los prisioneros, sino que desarrolla una extraña relación con Hasán, el Bajá de Argel, un personaje temido por todos pero profundamente atraído por el ingenio del joven cautivo.
Esta afinidad, representada en pantalla con sugerencias emocionales y físicas que van más allá de la simple admiración intelectual, lleva al filme a explorar, desde la ficción, la posibilidad de una bisexualidad latente en el autor del Quijote, pues también le veremos interesarse en mujeres pues sabemos que estuvo casado e incluso se le atribuyen relaciones con otras mujeres, y tuvo una hija, Isabel de Saavedra, nacida fuera del matrimonio.
Humanizando al gran escritor
El propio Amenábar ha defendido esta línea argumental como un recurso narrativo para profundizar en la humanidad de Cervantes: "Entrar en la cabeza y el corazón de uno de los mayores talentos de la literatura ha acabado convirtiéndose en la tarea más intensa y personal de mi carrera". El cineasta añade que este retrato busca mostrar a un Cervantes abierto, curioso y profundamente marcado por la experiencia del cautiverio.