El entrenamiento de James Bond en 'Casino Royale' para evitar ser seducido por atractivas féminas
La película que inspiró a 'Austin Powers'

James Bond sigue decidiendo su futuro, ahora en manos de Amazon como supimos hace escasas semanas después de que sus máximos responsables cedieran su control creativo tanto por lo cercano de su jubilación como por no dar con la tecla para una próxima entrega, pero de vez en cuando no está de más echar la vista atrás y descubrir el pasado el agente secreto más famoso del mundo.
En esta ocasión nos remontamos hasta 1967 con una versión de Casino Royale de la que es probable que nunca hayáis oído hablar, y es que al igual que le está pasando a la productora actual de 007, encontrar a un nuevo James Bond no es fácil, aunque sí divertido.
Alquilar o comprar 'Casino Royale'
Con licencia para hacer reír
Tanto, como para que esta cinta sea considerada nada menos que como la precursora de la que años más tarde nos brindaría el bueno de Mike Myers bajo el título de Austin Powers, que dio lugar incluso a varias secuelas.
En Casino Royale, que no forma parte del canon oficial de la saga de Eon Productions y fue concebida más como una parodia que como una adaptación fiel de la novela de Ian Fleming, el Bond de David Niven ya se ha retirado y el MI6 está buscando a un nuevo 007 para sustituirle.
Pero este no puede caer en las mismas tentaciones en las que siempre ha sucumbido el británico, y de ahí nace un entrenamiento especial en el que el próximos 007 deberá enfrentarse al cebo en el que siempre pica: hermosas mujeres que le susurran al oído para engatusarle.
Todos somos Bond
Casino Royale (1967) es una parodia de espías en la que el legendario James Bond (David Niven), ya retirado, es llamado de nuevo al servicio para enfrentarse a la organización SMERSH.
Para despistar a sus enemigos, M (John Huston) y otros agentes idean un plan: todos los espías británicos adoptarán el nombre de James Bond, incluyendo a Evelyn Tremble (Peter Sellers), Vesper Lynd (Ursula Andress) y Cooper (Terence Cooper). La misión se complica con un villano excéntrico, Le Chiffre (Orson Welles), un sobrino de Bond de lo más inepto (Woody Allen) y una caótica partida de bacará.