Elon Musk quiere destruir el actual modelo de ChatGPT y OpenAI: pero en el pasado, lo apoyaba
Los documentos internos revelan la transformación del multimillonario desde cofundador entusiasta hasta acérrimo opositor de la empresa de IA

La batalla entre Elon Musk y OpenAI ha alcanzado un punto crítico que pocos podrían haber anticipado. El magnate de la tecnología no solo ayudó a fundar la empresa, sino que en 2015 cuestionó activamente su estructura sin fines de lucro, sugiriendo que debería ser una corporación estándar con una organización benéfica paralela, según revelan documentos internos de OpenAI.
Los correos electrónicos y comunicaciones internas demuestran una transformación radical en la visión de Musk. En 2017, cuando OpenAI comenzó a destacar en el desarrollo de IA para videojuegos como Dota, Musk intensificó su presión por un cambio estructural, argumentando que necesitarían miles de millones de dólares para competir efectivamente en el campo de la IA.
Los orígenes: de organización benéfica a potencia tecnológica
La historia comenzó en noviembre de 2015, cuando OpenAI se estableció como una organización sin fines de lucro. Ya entonces, Musk cuestionaba esta estructura, aunque aceptó participar en el proyecto. Los documentos muestran que la empresa progresó rápidamente en sus investigaciones, llegando a un punto crucial a principios de 2017 cuando se hizo evidente que necesitarían miles de millones de dólares para construir una IA avanzada.
El éxito inicial fue notable. El equipo logró desarrollar una IA capaz de competir en Dota, requiriendo más de 1000 núcleos de procesamiento solo para la versión 1v1 del juego. Este avance demostró tanto el potencial como las necesidades masivas de recursos que el proyecto requeriría.
El punto de inflexión: la lucha por el control
— OpenAI (@OpenAI) December 13, 2024
Durante el verano de 2017, Musk y el equipo de OpenAI acordaron que convertirse en una empresa con fines de lucro era el siguiente paso lógico. Sin embargo, las tensiones emergieron cuando Musk comenzó a exigir un control cada vez mayor. El 4 de septiembre de 2017, en una comunicación interna, Musk fue explícito sobre sus demandas de participación mayoritaria, mencionando que necesitaba acumular $80 mil millones para construir una ciudad en Marte.
La situación se deterioró rápidamente cuando Musk creó una corporación de beneficio público llamada "Open Artificial Intelligence Technologies, Inc." el 15 de septiembre de 2017, similar a cómo había estructurado SpaceX. El equipo de OpenAI rechazó esta propuesta, preocupado por el control unilateral que Musk tendría sobre la tecnología.
En enero de 2018, tras el rechazo de sus propuestas, Musk argumentó que OpenAI estaba "en un camino de fracaso seguro" si no se fusionaba con Tesla. Cuando esta idea también fue rechazada, presentó su dimisión y posteriormente fundó xAI, una empresa competidora directa.
La tensión continuó escalando. En diciembre de 2018, Musk lanzó un ultimátum: "recaudar miles de millones por año inmediatamente u olvidarlo". OpenAI respondió desarrollando un modelo innovador de "beneficio limitado" que permitía la inversión privada mientras mantenía su misión original.
El conflicto actual: de fundador a adversario
— OpenAI (@OpenAI) December 13, 2024
El antagonismo alcanzó nuevos niveles en 2023. El 9 de marzo, Musk fundó xAI como competidor directo de OpenAI. Días después, el 22 de marzo, firmó una carta abierta pidiendo una pausa en el desarrollo de sistemas más potentes que GPT-4, en lo que OpenAI interpretó como un intento directo de frenar su progreso.
La ironía de la situación no escapa a nadie: el hombre que una vez presionó por una OpenAI más agresiva y orientada al beneficio ahora se posiciona como su principal crítico. Los documentos revelan que Musk rechazó múltiples ofertas de participación en OpenAI LP, prefiriendo mantener su distancia y, eventualmente, convertirse en competidor.
La historia de Musk y OpenAI se ha convertido en uno de los enfrentamientos más fascinantes del mundo tecnológico. El mismo hombre que en 2017 insistía en la necesidad de "miles de millones" para competir con Google ahora critica abiertamente el modelo comercial que él mismo propuso. Mientras tanto, OpenAI sigue adelante con su visión original de desarrollar IA beneficiosa para la humanidad, aunque por un camino muy diferente al que su cofundador había imaginado.