La startup japonesa Sakana AI se dispara: 135M para construir la próxima generación de IA

Sakana AI levanta 135 millones y alcanza los 2.650 millones de valoración. Su apuesta: modelos pequeños y eficientes adaptados a Japón, desafiando el gigantismo de Silicon Valley

La startup japonesa Sakana AI se dispara: 135M para construir la próxima generación de IA
Fundada por exinvestigadores de Google, la firma llevará sus agentes autónomos a defensa y manufactura, priorizando la precisión cultural sobre el tamaño desmedido de los datos
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

Que una empresa con apenas dos años de vida alcance una valoración de 2.650 millones de dólares es algo que debería levantar cejas, incluso en plena fiebre del oro de la inteligencia artificial. Sakana AI ha logrado convencer a los inversores de que la fuerza bruta de los modelos americanos no es el único camino, apostando por una arquitectura más ligera y adaptada culturalmente que promete hacer más con menos recursos computacionales.

La noticia la recogen en TechCrunch, donde se detalla que esta ronda de 135 millones de dólares está liderada por la banca japonesa y grandes fondos de riesgo. El objetivo declarado es simple: dejar de depender de los algoritmos generalistas de Silicon Valley para desarrollar una tecnología propia optimizada para el idioma y la idiosincrasia de Japón, algo que los modelos globales suelen pasar por alto.

Eficiencia frente a gigantismo

La propuesta técnica de Sakana choca frontalmente con la tendencia actual. Mientras Google o OpenAI buscan modelos cada vez más grandes, ellos desarrollan sistemas entrenados con conjuntos de datos pequeños. Esto no solo reduce costes, sino que evita los problemas de generación de contenido genérico que vimos cuando Google Cloud revolucionaba la creación de contenido con herramientas masivas pero poco precisas para contextos locales muy específicos.

El equipo fundador viene precisamente de las entrañas de Google, lo que les da cierta credibilidad técnica al criticar el modelo que ayudaron a crear. Sin embargo, su apuesta por agentes autónomos que se optimizan solos conlleva riesgos. Ya hemos visto saltar las alarmas con una nueva IA reescribiendo su propio código, y Sakana pretende llevar esta tecnología a sectores tan delicados como la defensa o la infraestructura gubernamental japonesa en 2026.

Con un total de 379 millones recaudados, la compañía tiene caja para rato, pero el reto de la ejecución es enorme. No se trata solo de vender software a bancos como Mitsubishi UFJ, sino de demostrar que un modelo de lenguaje compacto puede ser realmente útil en tareas complejas de manufactura o administración pública, donde el margen para las "alucinaciones" típicas de la IA generativa es prácticamente nulo.

La entrada de capital valida, al menos sobre el papel, que hay vida más allá de los LLM (Grandes Modelos de Lenguaje) titánicos. Sakana AI plantea una alternativa lógica de especialización, sugiriendo que el futuro no pasa por tener el modelo más grande del mundo, sino el que mejor entienda el contexto cultural y normativo donde tiene que operar.

Queda por ver si esta valoración multimillonaria responde a una tecnología realmente disruptiva o al miedo de Japón a perder el tren tecnológico. De momento, tienen el dinero y la atención del sector; ahora les toca demostrar que sus modelos pequeños pueden justificar, con resultados, una etiqueta de precio tan grande.

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