Los hackers chinos estarían usando Claude para realizar ciberespionaje: es un peligro crucial para el futuro de la IA
La Inteligencia Artificial ya es usada para cometer ciberdelitos, y Anthropic advierte sobre ello
Si bien los ciberdelitos están al alza por el aumento sistemático de usuarios activos en la red, el uso de herramientas IA como Claude, por parte de los hackers, está suponiendo un nuevo problema. La compañía, de hecho, ya ha advertido de que hackers chinos han utilizado su software para llevar a cabo ciberespionaje y recopilar información de personas o compañías relevantes. Esto muestra el papel de la Inteligencia Artificial en la ciberseguridad, que puede ser usada tanto para hacer el bien como el mal.
La IA, un arma contra la ciberserguridad
Pese a que la Inteligencia Artificial, por sí misma, es una herramienta que puede tener cualquier uso, es una realidad que ya hay personas que utilizan esta tecnología para perpetrar ciberdelitos con intereses personales detrás. Anthropic advierte de ello oficialmente, y vincula directamente a hackers chinos en el uso del código de su IA para ejecutar ciberataques del modo más eficiente posible. Las víctimas fueron empresas tecnológicas, grandes financieras y agencias gubernamentales, entre otras.
Dicho ataque se habría realizado pasando por distintas fases. La primera de ellas, la de inteligencia, sería la de recopilar la información y datos necesarios para llevar a cabo los ataques con precisión. La segunda de ellas, la capacidad de acción, implica el uso de la IA como agentes capaces de llevar estos ataques de manera autónoma. Y la tercera, el uso de herramientas para el descifrado de contraseñas, el acopio ilegítimo de datos privados o confidenciales, y el aprovechamiento del software tal y como lo haría una persona humana.
La seguridad debe seguir mejorando
Con todo ello, la Inteligencia Artificial muestra un enorme potencial para que sea usada para cometer delitos, y eso mismo supone un desafío tanto para los servicios de ciberseguridad a nivel general, como para las compañías desarrolladoras, que deben poner más hincapié en crear mecanismos que impidan que su software sea utilizado para cometer delitos. Por tanto, si en los últimos años la mayor crisis vino por parte de los "deepfakes", ahora puede llegar una ola de ciberdelitos que afecten tanto a empresas como a usuarios.