Ni aprender a programar ni huir de la tecnología: las 3 claves del CEO de JPMorgan para que la IA no te quite el trabajo

El CEO de JPMorgan asume que la inteligencia artificial sustituirá puestos de trabajo, pero señala las tres habilidades que evitarán que seas reemplazado por un algoritmo

Ni aprender a programar ni huir de la tecnología: las 3 claves del CEO de JPMorgan para que la IA no te quite el trabajo
Jamie Dimon, responsable de JPMorgan, vincula el éxito profesional futuro al dominio de herramientas digitales y al criterio estratégico en la toma de decisiones críticas
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

Jamie Dimon, CEO de JPMorgan, admite que la inteligencia artificial va a eliminar algunos puestos de trabajo. No obstante, equipara esta tecnología al motor de vapor y asegura que quienes dominen el juicio estratégico saldrán reforzados. La clave reside en combinar la soltura digital con habilidades que los algoritmos todavía no pueden simular con éxito.

Sus palabras llegan tras una entrevista en CNBC, donde el banquero dibuja un panorama laboral transformado por la automatización de procesos operativos pesados. Dimon sostiene que manejar estas utilidades es ahora el mínimo común para cualquier profesional. Esta visión encaja con los trabajos que OpenAI ya marca como vulnerables, obligando a una reinvención urgente de las competencias tradicionales.

Inversión masiva para jubilar la burocracia operativa

La fijación de JPMorgan por los algoritmos no es retórica; su entidad ya aplica más de 300 casos de uso real en producción. Desde la ingeniería de software hasta el marketing, la IA procesa datos masivos para quitarle al humano la pesada carga administrativa y de gestión de riesgos. Con todo, el elemento humano sigue siendo insustituible en áreas de confianza.

La jugada aquí es entender que el impacto ya se nota fuera de la banca, afectando sobre todo a los trabajadores por cuenta propia. Algunos análisis muestran una caída drástica en las contrataciones de profesionales por cuenta propia debido a la competencia de sistemas de bajo coste. Dimon defiende que el juicio humano de alto nivel es el único blindaje real ante una automatización que no perdona.

A largo plazo, esta escalada en la productividad podría derivar en una semana laboral de tres días y medio. Aunque parezca una proyección demasiado optimista, se apoya en la idea de que la Inteligencia Artificial General transformará radicalmente la generación de riqueza. Es un escenario de alta eficiencia técnica que, según el banquero, permitiría incluso que la próxima generación alcance los cien años de vida.

Mientras Dimon vende un futuro de ocio y longevidad, su banco inyecta más de 12.000 millones de dólares anuales en tecnología y computación en la nube. No se trata de aprender a programar para sobrevivir, sino de aportar el valor que un bot no tiene, como la intuición estratégica. Al final, o usas la IA para ser productivo o te quedarás fuera, según sus palabras.

Y todo esto está muy bien, pero no deberíamos olvidar que estamos sumidos en pleno invierno de la IA. La situación actual y la forma en la que dependemos de que la industria de los modelos generativos funcione nos ha colocado en una situación precaria que no acabará bien, con total independencia de hacia qué lado se incline la balanza.

Al final, este optimismo corporativo ignora que la eficiencia técnica no garantiza el bienestar social. Si la burbuja generativa pincha, el profesional que haya delegado su instinto en un modelo predictivo se quedará sin empleo y sin las herramientas intelectuales para recuperarlo. Si la burbuja no pincha, se perderán puestos de trabajo en favor de máquinas que consumen recursos naturales a un ritmo alarmante. La jugada de Dimon es brillante para sus accionistas, pero para el resto es un salto al vacío sin red de seguridad.

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