OpenAI se adelanta a Apple con Sky, una IA que ve tu pantalla y actúa por ti
Sky promete un nuevo nivel de interacción con el Mac gracias a una IA capaz de comprender y ejecutar acciones contextuales.
OpenAI ha dado un paso más en su estrategia por llevar la inteligencia artificial al corazón del día a día digital. La compañía ha anunciado la adquisición de Software Applications, Inc., la startup responsable de Sky, una interfaz de lenguaje natural impulsada por IA diseñada específicamente para ordenadores Mac. Aunque el software aún no había sido lanzado al público, su concepto promete marcar un antes y un después en la forma en que los usuarios interactúan con sus equipos: un asistente que observa lo que ocurre en tu pantalla y actúa por ti dentro de las aplicaciones, ayudándote a escribir, planificar, programar o crear, sin necesidad de cambiar de contexto.
Una nueva generación de interacción con el ordenador
Sky representa una visión radicalmente distinta de la relación entre el usuario y el sistema operativo. A diferencia de los asistentes virtuales tradicionales o los navegadores con IA, esta herramienta se integra directamente sobre el escritorio del Mac, acompañando al usuario a lo largo de su jornada y comprendiendo su flujo de trabajo en tiempo real. Según explican sus creadores, el objetivo es lograr un ordenador verdaderamente intuitivo, personalizable y empoderador, capaz de anticipar necesidades y ejecutar acciones con lenguaje natural.
En palabras de Ari Weinstein, cofundador y CEO de Software Applications, “siempre hemos querido que los ordenadores sean más inteligentes y humanos. Con los modelos de lenguaje, por fin podemos unir las piezas. Por eso creamos Sky: una experiencia de IA que flota sobre tu escritorio para ayudarte a pensar y crear.” Weinstein celebró la integración con OpenAI como el camino ideal para llevar esa visión “a cientos de millones de personas”.
Detrás de Sky hay un equipo con un historial sobresaliente en innovación. Weinstein y Conrad Kramer ya habían fundado anteriormente Workflow, la aplicación de automatización que Apple adquirió y convirtió en Shortcuts, hoy una pieza central del ecosistema iOS y macOS. La tercera cofundadora, Kim Beverett, fue durante casi una década gestora de programas y productos en Apple, participando en el desarrollo de Safari, WebKit, Mensajes, FaceTime y otras funciones clave. La nueva aventura de este trío parecía, por tanto, una evolución natural: aplicar la automatización inteligente más allá de flujos predefinidos, dotándola de comprensión contextual y autonomía.
El movimiento encaja con una estrategia clara por parte de OpenAI: acercar su tecnología al consumidor final y salir del ámbito puramente conversacional. Sky, con su enfoque de integración profunda en el sistema operativo, podría convertirse en una extensión directa de ChatGPT, capaz de operar sobre documentos, correos, calendarios o herramientas de desarrollo, siempre con el usuario en el centro.
A la vez, la compra llega en un momento delicado para Apple, que se ha visto rezagada en la carrera de la IA generativa. La empresa de Cupertino planea lanzar en 2026 una versión renovada de Siri con capacidades avanzadas basadas en Apple Intelligence, su propia arquitectura de modelos locales. Esta ya permite funciones como escritura asistida, traducción en vivo o creación de imágenes, e incluso integra ChatGPT como apoyo externo para consultas complejas. Sin embargo, Apple mantiene la privacidad como pilar fundamental, lo que podría ralentizar el desarrollo de sistemas “agénticos” como Sky, capaces de ver y actuar sobre la pantalla del usuario.
Y es que este tipo de IA, conocida como agentic AI, plantea un reto de equilibrio entre utilidad y seguridad. La capacidad de una máquina para observar tu escritorio y ejecutar órdenes plantea riesgos potenciales de privacidad que la industria aún no ha resuelto del todo. Los primeros experimentos con navegadores basados en agentes han mostrado fallos de seguridad y vulnerabilidades que requieren medidas de control robustas antes de su adopción masiva. Aun así, el potencial es evidente: un asistente que entienda el contexto visual y textual de tu entorno digital podría transformar radicalmente la productividad personal y profesional.
Los detalles económicos de la adquisición no se han hecho públicos, pero se sabe que Sky había recaudado 6,5 millones de dólares en financiación inicial de inversores destacados como el propio Sam Altman, CEO de OpenAI; Dylan Field, fundador de Figma; Context Ventures y Stellation Capital. Altman figuraba como inversor pasivo a través de un fondo. La operación fue dirigida por Nick Turley, responsable de ChatGPT, y Fidji Simo, CEO de Aplicaciones de OpenAI, con la aprobación final del consejo de la compañía.
Con esta compra, OpenAI consolida su intención de pasar de ser una plataforma de conversación a un sistema operativo de inteligencia artificial, omnipresente e integrado en el día a día de los usuarios. Sky podría ser la puerta de entrada a esa visión: un asistente que no solo responde, sino que observa, comprende y actúa. Si la privacidad logra mantenerse a salvo y la tecnología madura al ritmo esperado, la frontera entre el humano y su ordenador podría difuminarse para siempre.