Una Atari 2600 con CPU de 1 MHz ha conseguido vencer a ChatGPT en una partida de ajedrez
Una consola de hace casi 50 años derrota a una IA moderna: la Atari 2600 vence a ChatGPT en ajedrez

Aunque la inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados, todavía hay ciertos terrenos en donde los humanos, o incluso las máquinas del pasado, pueden tener ventaja. Un claro ejemplo de ello es lo que ha sucedido recientemente con la Atari 2600, una consola con un procesador de apenas 1 MHz que ha logrado derrotar a ChatGPT en una partida de ajedrez.
La idea surgió del ingeniero Citrix Robert Jr. Caruso, quien decidió enfrentar al famoso chatbot de OpenAI contra una versión emulada de Video Chess, el único juego de ajedrez que salió para la consola de Atari en los años 70.
ChatGPT no entiende el ajedrez, y se nota

El experimento demostró las enormes falencias de ChatGPT en el ajedrez
Durante este experimento, el ingeniero en cuestión le proporcionó a ChatGPT una descripción básica del tablero y de las piezas. Sin embargo, la IA empezó a mostrar una notable falta de comprensión del juego, ¿qué hacía? Pues confundía torres con alfiles, pasaba por alto jugadas básicas y cometía errores difíciles de justificar.
Es más, en varios turnos, Citrix Robert Jr. Caruso tuvo que intervenir manualmente para evitar movimientos inválidos o totalmente absurdos, algo que sin lugar a dudas no se esperaba que sucediese.
La IA incluso llegó a culpar a los símbolos abstractos del juego por no poder seguir bien el estado de la partida, situación que demuestre que, por muy potente que sea su procesamiento, ChatGPT no jugar.
Tras más de 90 minutos de intentos fallidos, peticiones para reiniciar la partida y jugadas que carecían de sentido común, la derrota fue inevitable.
La consola Atari, a pesar de su antigüedad y sus limitaciones, fue capaz de mantener una estrategia básica pero efectiva, suficiente para poder superar al modelo de lenguaje más avanzado del momento.
¿Qué demuestra este experimento?
Lejos de ser un simple experimento curioso, esta partida sirve como recordatorio de los límites actuales de los modelos de lenguaje a los que podemos acceder.
ChatGPT no tiene conciencia, ni capacidad de razonamiento lógico como un ser humano, o incluso como un programa tradicional diseñado para jugar al ajedrez. Funciona basándose en patrones lingüísticos, no en compresión real.
Es por este motivo que, aunque sea capaz de escribir poemas, responder preguntas complejas, mantener una conversación fluida o generar imágenes en segundos a través de palabras, enfrentarlo al ajedrez clásico deja en evidencia que su “inteligencia” es, en el fondo, una ilusión. ¿Y lo más irónico? Pues que esa ilusión fue derrotada por una máquina de hace casi 50 años.