Por qué no deberías dejarte llevar por la relación calidad-precio
Desde hace unos años, muchísima gente está apostando por comprar un móvil de gama media como terminal principal. Al fin y al cabo, estos terminales han mejorado una barbaridad desde hace unos años, y ahora mismo son capaces de satisfacer todas las necesidades de prácticamente cualquier usuario.
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Y aquí, muchas veces encontramos terminales de alrededor de 160 o 200 euros que son muy completos, y hacen que los de 250 o 300 nos parezcan menos atractivos. Sin embargo, esto puede ser un error bastante grande, y hoy vamos a contarte por qué no deberías dejarte llevar por la relación calidad-precio siempre.
No, la relación calidad-precio no es siempre lo primordial
Tus necesidades son lo primero
Es cierto que si echamos un vistazo al mercado, vamos a ver un Xiaomi Redmi en un rango de precio desde los 150 hasta los 220 euros que nos va a resultar muy atractivo. Al fin y al cabo, va a hacer todo lo que le exigimos, y nos vamos a ahorrar unos cuantos euros.
Sin embargo, esto puede ocasionar que adquiramos un terminal incompleto, que no cuenta con todo lo que debiera, simplemente por ahorrarnos 50 euros. Una cantidad que en dos años --o el tiempo que te dure el móvil-- ni siquiera vas a notar.
Y es que, este tipo de terminales tienen recortados ciertos apartados para que sean más baratos, como es lógico, y, en muchas ocasiones, merece la pena pagar una pequeña cantidad de más por contar con ellos.
El mejor ejemplo lo podemos ver, en mi opinión, si comparamos un Xiaomi Mi 6X, que es el mejor gama media de la firma china, con el Moto G6 Plus. Ambos terminales son extremadamente parecidos, pero el Moto G6 Plus tiene un precio de salida de 299 euros, mientras que el terminal de Xiaomi cuesta 260 euros.
Son 40 euros de diferencia, una cantidad tentadora que nos podemos ahorrar, pero que quizá no merezca la pena. Y es que, por esos 40 euros mas, que afean el precio del terminal, vamos a poder obtener características como la protección al agua y al polvo, o la conectividad NFC.
Y, al fin y al cabo, esto va a hacer que podamos utilizar nuestro smartphone en más ocasiones y para más cosas. Las necesidades que tengamos con el mismo deben guiarnos a la hora de comprarlos, no debemos ser esclavos de la relación calidad-precio.
El gusto personal también se paga
Otro punto importante es el de nuestros gustos. Hay que tener en cuenta que vamos a convivir con el móvil que compremos durante alrededor de dos años, o incluso mal, y, si no estamos cómodos con el mismo desde el primer momento, va a ser difícil que esta sensación mejore con el tiempo.
Por ello, es clave que elijamos un terminal que se adapte a nuestras necesidades, pero con el que también estemos cómodos. Poco sentido tiene escoger un smartphone que no te convence desde el primer momento. Y, si al final es el móvil que prefieres, no te va a saber mal pagar un poco más por el mismo.
Y es que, si lo que a ti te gusta es un Samsung Galaxy A5, o un Moto Z2 Play, y estás convencido de ello, no debes pensártelo más. Sí, no va a ser un chollazo como la gama media de Xiaomi, pero no por ello es una mala compra.
Gastarte más dinero por tener un móvil que realmente te gusta no lo convierte en una mala compra
Personalmente, pienso que a la hora de comprar un móvil, lo más importante es sentirse cómodo con él, y si para ello te tienes que gastar 30 euros porque, simplemente, te gusta más, adelante. Tu vas a estar más contento con el móvil, y la diferencia de precio te merecerá la pena.
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