No, un móvil no duraría 12 años sin obsolescencia programada
Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss), conocido por inventar la bombilla que "dura toda la vida", vuelve a la carga con nuevas acusaciones hacia los fabricantes de teléfonos móviles, y declaraciones sobre el envejecimiento de los mismos.
Toda una carrera en contra de la obsolescencia programada que si bien es un hecho, no funciona exactamente como él declara en palabras leídas en El País. Muros asegura que un móvil podría durar 12 o 15 años si no hubiese obsolescencia programada, y que no debemos ver como algo normal que se ralenticen.
Si tiramos de hemeroteca, en una entrevista para El Economista, Muros asegura que "todas las marcas de móviles actúan, más o menos, de la misma forma y producen los móviles para que duren una media de dos años, que es el periodo de garantía". Si bien Benito Muros tiene razón en algunas de sus afirmaciones, se le escapan algunos detalles sobre la obsolescencia programada, un fenómeno no tan presente como puede hacer pensar.
Las memorias NAND se degradan, y no hay una mano negra detrás
Si miramos al pasado encontramos una gran verdad en las palabras de Benito Muros, los teléfonos antiguos funcionan perfectamente, tengan la edad que tengan. El concepto es sencillo, cuanto más tiene que trabajar una máquina, más se desgasta. Los teléfonos de antaño no tenían más trabajo que conectarse a una red para enviar y recibir llamadas, así como mover sencillos sistemas Java sin complejidad alguna.
Sin embargo la carga de trabajo de un smartphone es bastante distinta. El sistema operativo está en constante evolución, recibiendo actualizaciones frecuentes que nunca restan, siempre suman peso y funcionalidades. Los desarrolladores aprovechan dichas capacidades para mejorar sus aplicaciones, haciendo que los requisitos y peso de las mismas vayan aumentando -que se lo digan si no al peso de aplicaciones como Facebook, que se ha triplicado en los últimos años-.
La degradación progresiva de las memorias NAND es el principal causante de que los teléfonos se ralenticen, los ciclos de lectura y escritura son finitos. En Computerworld, año 2012 y plena época del reino eMMC, encontraron que las memorias tras el paso del tiempo perdían hasta un x20 de sus capacidades.
Las memorias de los smartphones, tanto las eMMC como las UFS tienen un desgaste, las memorias RAM ídem, y las baterías de ion-litio no duran más de 2 o 3 años en una capacidad óptima. Desgaste por uso es algo muy distinto a obsolescencia programada, y es algo que tenemos que tener claro. Cuando un móvil de hace varios años no puede mover una app no es culpa del fabricante, el dispositivo sencillamente ha llegado al límite de sus capacidades, y los requisitos de la app o el sistema para moverlo todo con soltura impiden un correcto funcionamiento. De hecho, terminales como el Huawei P10 montaban distintos tipos de memoria, lo que causó quejas ya que los que mejor estándar UFS montaban funcionaban notablemente mejor que los demás.
Las tecnología no dura para siempre, pero dura más que antes
Tema aparte sería que los fabricantes alargasen de forma deliberada la vida útil de los smartphones, aumentando los poco más de 20,5 meses actuales según Kantar, tal y como hace Apple, proporcionando actualizaciones como iOS 12 a terminales de hace 5 años que mejoran el rendimiento considerablemente, como podemos ver en pruebas realizadas por ComputerHoy.
En Android no nos quedamos atrás, y es que firmas como OnePlus o Google ofrecen de hecho tres años de actualizaciones. En el caso de la gran G, un Google Pixel de 2016 recibirá antes Android 10 que un tope de gama de 2019. Un caso concreto, pero interesante para romper la generalización de Muros.
Apple cometió un gran error con el rendimiento en iOS 11, ralentizando por el camino a sus dispositivos más antiguos. Con iOS 12 el asunto cambia, y el rendimiento se sitúa en picos más altos que nunca.
Sí, se puede aumentar la vida útil, pero un teléfono no es inmortal. Los móviles se ralentizan principalmente por la degradación de las memorias, las baterías duran cada vez menos, y los procesadores no están hechos para mover aplicaciones para siempre. Ni que decir tiene que incluso en los teléfonos de gama más alta existe degradación en las pantallas -sobre todo en la tecnología OLED.
Por otro lado, las propias mejoras en memoria y procesadores nos permiten alargar la vida útil de los dispositivos, al menos en ciertas gamas. Es completamente falso que las grandes firmas programen todos sus teléfonos para que duren dos años. Un iPhone 7, Google Pixel 1 o OnePlus 3T son claros ejemplos de móviles que pueden durar mucho más de 2 años sin el menor problema, y sin una mano negra detrás que intente ralentizarlos. Un móvil de gama más baja no tiene las mismas memorias que un gama alta, y su vida útil será más limitada.
Ya se toman medidas contra la obsolescencia programada
Hace cerca de un mes Italia multó a Samsung y Apple por obsolescencia programada. En el caso de Apple por no informar de que un update gastaba más batería, por lo que se tuvo que hacer throttling del procesador para no acabar con la autonomía -algo que hacen hasta los ordenadores más caros-, y en el caso de Samsung por proporcionar al Samsung Galaxy Note 4 una actualización que bajó su rendimiento. Apple dió explicaciones sobre el tema en su página web, y redujo el precio de los reemplazos de batería. Desde Samsung, parecen no estar muy de acuerdo con la decisión tomada por Italia, y aseguran que tomarán las medidas necesarias para apelar la resolución.
10 y 5 millones de euros de multa respectivos, como muestra de que no avisar a los usuarios está castigado por la ley Europea. Hay planes para intentar atajar este problema, pero no podemos obviar que todo producto -sobre todo tecnológico- tiene un desgaste. inevitable.
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