El futuro de Android son las gafas inteligentes, y la semana que viene tenemos una cita con Google para conocer cómo serán los primeros modelos
Google presentará el 8 de diciembre sus novedades en realidad extendida, con Gemini y el hardware de Samsung como protagonistas
Google nos ha citado el próximo 8 de diciembre para intentar convencernos de que volvamos a ponernos unas gafas inteligentes. El "Android Show" será el escenario donde enseñarán cómo Gemini va a funcionar dentro de estos dispositivos, con la promesa de que esta vez la cosa va en serio: quieren que la IA deje de ser un chat en el móvil para convertirse en una capa de información que se superpone a todo lo que ves.
La convocatoria la recogen en Android Central, y la idea es clara: darle al asistente "energía de protagonista". Básicamente, Google quiere que Gemini vea lo mismo que tú y entienda el contexto sin que tengas que explicárselo. Es el paso lógico para Android XR, el sistema operativo que han cocinado junto a Qualcomm y que pretende ser el estándar de la industria, igual que Android lo fue para los teléfonos.
Un cerebro artificial para tus ojos
De todas las novedades esperadas, la que suena realmente útil es la función "Memory". Imagina que no encuentras el mando de la tele y tus gafas te dicen exactamente dónde está porque lo registraron visualmente hace dos horas. Esta capacidad de indexar tu vida física a través de las cámaras es el verdadero salto diferencial, convirtiendo al dispositivo en una memoria externa para despistados y no solo en una pantalla para ver notificaciones flotantes.
Para mover todo esto hace falta un hardware serio, y ahí es donde entra Samsung. Sabemos que el casco de realidad mixta Galaxy XR ya es real, pero cuesta casi 1.800 dólares. El evento de Google tiene la difícil papeleta de justificar ese precio demostrando que la integración de Gemini aporta un valor que no te da un móvil de 500 euros, más allá de la novedad tecnológica.
Google llega tarde a una fiesta donde Meta y Apple ya se han comido los canapés, pero juega con la ventaja de siempre: la plataforma abierta. Su plan no es fabricarlo todo, sino poner el cerebro y dejar que otros pongan el hardware, confiando en que la suma de socios industriales logre lo que las Apple Vision Pro no han conseguido: que la gente normal quiera llevar un ordenador en la cara.
Habrá que ver la retransmisión para separar el humo de la realidad. Si Google logra que interactuar con unas gafas sea algo natural y no te haga parecer un cyborg confundido, quizás estemos ante el inicio real de ese cambio de paradigma que llevan años vendiéndonos y que, hasta ahora, solo ha servido para generar demos técnicas muy bonitas y productos muy caros.