A Donald Trump no le gusta nada que Apple tenga una fábrica de iPhones en India
El presidente estadounidense critica la estrategia productiva de Apple fuera de China y sugiere posibles consecuencias arancelarias para la compañía

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ya está provocando sus primeros terremotos en el mundo tecnológico. El presidente estadounidense no ha tardado en cargar contra Apple por trasladar parte de su producción de iPhone a la India. Trump considera que esta decisión perjudica directamente a los intereses de EE.UU. y ha dejado caer que podría haber consecuencias para la compañía de Cupertino.
Tal y como informa Android Headlines, el mandatario ha criticado sin tapujos este cambio en la estrategia productiva de Apple durante su última comparecencia pública. No es ningún secreto que la administración republicana tiene entre ceja y ceja revisar toda la política comercial con Asia, algo que pone en jaque las cadenas de suministro que las tecnológicas han construido durante décadas.
Las tensiones comerciales condicionan la estrategia de Apple
Apple lleva ya un tiempo intentando no depender tanto de China. De hecho, la empresa de Tim Cook comenzó a producir modelos iPhone Pro en India el año pasado, precisamente para evitar quedarse atrapada en medio de las guerras comerciales entre potencias. Una jugada que ahora le puede salir cara con Trump de vuelta en el Despacho Oval.
No olvidemos que los aranceles que Trump ya ha empezado a imponer podrían disparar los precios de los iPhone hasta niveles nunca vistos. Las cifras dan vértigo: un iPhone podría llegar a costar hasta 2.300 dólares si se aplican todas las medidas arancelarias que el presidente tiene sobre la mesa. Y ojo, porque ese incremento también lo notaríamos en España.
La apuesta india de Apple viene de lejos. En 2023, Tata Group rompió moldes al convertirse en el primer fabricante indio de iPhones tras hacerse con una planta de Wistron. Un movimiento que se enmarca en un cambio tectónico más amplio: India ha conseguido colarse como segundo productor mundial de móviles, arrebatando parte del pastel a la que siempre fue la gran fábrica del mundo, China.
Los dardos lanzados por Trump dejan a Apple y otras tecnológicas en una posición incómoda. Por un lado, tienen que lidiar con el creciente proteccionismo estadounidense y, por otro, necesitan seguir siendo competitivas en precios. El presidente ha insinuado que está preparando incentivos para que la producción vuelva a territorio americano, aunque no ha concretado en qué consistirán estas medidas.
Por ahora, Apple guarda silencio oficial ante estos comentarios, pero fuentes cercanas a Cupertino aseguran que no tienen intención de dar marcha atrás en su estrategia. La manzana tiene claro que el panorama global actual exige no poner todos los huevos en la misma cesta, especialmente cuando las tensiones entre Washington y Pekín no hacen más que aumentar.
Los presentadores de los próximos iPhone en septiembre tendrán que salir al escenario con un telón de fondo bastante más complicado que en años anteriores. La guerra comercial acaba de empezar, y parece que será larga. Tim Cook y su equipo afrontan ahora uno de sus mayores desafíos desde que tomaron las riendas de la compañía tras la era Jobs.