Qué es la receptación o por qué comprar ese móvil tan sorprendentemente barato puede ser un delito
Me venden un iPhone XS --inserte aquí cualquier otro gama alta-- por apenas 200 euros cuando su precio oficial es el de 1159 euros. ¿Cómo puede ser posible? A todos nos ha pasado aquello de estar navegando por Internet en tiendas online de segunda mano y ver auténticas gangas. Dispositivos de gama alta a menos de la mitad de su precio oficial, aparentemente sin daños y con poco uso. Lo primero que se piensa es que es una estafa, nadie regala nada a estas alturas de la vida, pero siempre hay alguno que se arriesga. Total, el vendedor es de mi misma ciudad y me permite probarlo antes de comprarlo, ¿qué puede salir mal?
Así es. Todo parece estar en orden. Vuelves a tu casa con tu teléfono de gama alta recién comprado y lo utilizas con normalidad durante semanas. No te han facilitado ninguna factura, pero oye, el dispositivo ha sido demasiado barato y funciona correctamente. De repente llega a casa una citación judicial, has sido citado por un Juzgado como posible autor de un delito. Alguien al parecer ha denunciado el robo o hurto de un teléfono y todas las pistas han llevado a tu posición. ¡Imposible! !No tengo nada que ver! ¡Yo compre este teléfono de segunda mano a una persona desconocida!
Ese gran desconocido: el delito de receptación
Hoy vamos a intentar explicar uno de los delitos más desconocidos, el de receptación. Antes de nada, debemos acudir al Código Penal que en su artículo 298.1 establece lo siguiente:
El que, con ánimo de lucro y conocimiento de la comisión de un delito contra el patrimonio o el orden socioeconómico, en el que no haya intervenido ni como autor ni como cómplice, ayude a los responsables a aprovecharse de los efectos del mismo, o reciba, adquiere u oculte tales efectos, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años.
Para que se entienda con otras palabras: tú siendo conocedor de que ese teléfono cuesta 1.100 euros lo has comprando por 200 euros y sin factura. Casualmente el vendedor ya no te responde a los mensajes de WhatsApp ni a las llamadas, por lo que deberías haberte dado cuenta de que ese dispositivo tenía un origen sospechoso. A pesar de ello y a sabiendas, decidiste quedarte con el terminal, total, ¿qué podía pasar?
Pero estudiemos más el asunto a fondo. Además de los diferentes --y numerosos códigos-- que existen en nuestro ordenamiento jurídico, siempre tenemos que acudir a la jurisprudencia, o lo que es lo mismo, lo que dicen los jueces en sus sentencias y cómo interpretan la ley.
En primer lugar basta con saber que la procedencia es delictiva, pero no basta una simple sospecha, sino que se ha de tener certidumbre que los objetos adquiridos proceden de un delito contra los bienes, o sea, que son de procedencia delictiva. Bueno, lo intuías pero no lo sabías, ¿te salvas? Sigamos con más criterios.
También es importante el concepto de precio vil, es decir, el bajo precio al comprar ese teléfono es un indicio fuerte de que se recibió a sabiendas de su ilícito origen. Mal asunto... Además, muchas sentencias hablan de la venta clandestina, estimando que si el bien procede de la venta clandestina --segunda mano, mercadillos etc--se estima el conocimiento de la ilícita procedencia. Tú no sabías que el bien era robado, pero al comprarlo tan barato y a un vendedor que no era de fiar... pues blanco y en botella.
En definitiva, aunque el delito de receptación no sea el más común de los delitos en los juzgados de nuestro país, puede hacer pasar mal trago a más de uno, sobre todo a aquellos que buscan teléfonos --o cualquier otro producto-- a precios realmente ridículos. Esperemos que después de este artículo, te lo pienses antes de comprar cualquier producto de segunda mano. Recuerda: nunca te fies de los chollos y solicita factura de compra.
Fuente: Código Penal
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