Científicos descubren que los perros están sufriendo una increíble mutación por culpa del ser humano y uno de sus eventos más catastróficos
Los perros son el mejor amigo del hombre, y eso en muchos aspectos les ha costado caro

El desastre nuclear de Chernóbil, ocurrido en 1986, dejó una huella imborrable en la historia y en el medio ambiente. Casi cuatro décadas después de la explosión del reactor en el norte de Ucrania, la zona de exclusión de Chernóbil, un área de 2.600 kilómetros cuadrados que sigue siendo fundamentalmente inhabitable y en el que aunque quedan humanos son pocos. Sin embargo, la vida silvestre ha encontrado un peculiar refugio en este entorno radiactivo. Entre las especies que han prosperado, se encuentran cientos de perros asilvestrados, muchos de ellos descendientes de mascotas abandonadas durante la evacuación acelerada de la región para evitar más muertes - aunque las cifras oficiales hablen solamente de 31 muertos - por lo que quedaron a su suerte en las ruinas de lo que fue el hogar suyo y de sus amos.
Ahora, un grupo de científicos está estudiando a los perros de Prypiat y alrededores para entender cómo la exposición prolongada a la radiación ha podido afectar a su ADN y, parece ser que, acelerar su evolución.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Carolina del Sur y del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano ha analizado el ADN de 302 de estos perros que viven dentro y en los alrededores de la zona de exclusión. Como se detalla en un estudio publicado en la revista Science Advances y recogido por Popular Mechanics, el objetivo es descubrir si la radiación ha provocado mutaciones que les permitan sobrevivir y reproducirse en este entorno hostil. La idea de que la radiación pueda acelerar la evolución no es nueva; de hecho, se ha experimentado con la irradiación de semillas en el espacio para inducir mutaciones beneficiosas en cultivos agrícolas en todo el mundo.
Un avance interesante a la hora de entender las mutaciones
Los científicos llevan años estudiando el impacto de la radiación en la fauna de Chernóbil, de hecho ya os hemos hablado en otras ocasiones sobre los gusanos de la región e incluso sobre los parientes más cercanos de los perros: los lobos. Aunque los estudios más interesantes y concluyentes sobre este tipo de avances y mutaciones es sobre las ranas arborícolas orientales que normalmente son verdes, pero que en la zona de exclusión han ido evolucionando para tener una coloración negra que les permitía resistir mucho mejor la radiación como señalan en la revista anteriormente citada.
Los resultados preliminares del estudio con los perros revelan diferencias genéticas notables entre los que viven cerca de la central nuclear y los que se encuentran a 15 kilómetros de distancia del reactor. Esto es ciertamente interesante, ya que nos lleva a pensar que las mutaciones han sido aceleradas por el fenómeno de la radiación, pero todavía es bastante difícil de asegurar si tenemos en cuenta que existen otros fenómenos propios del lugar, como la endogamia entre los distintos grupos.
Pero es cierto que estos avances y la comparativa con otros animales señala algo que puede parecer evidente aunque todavía no se haya demostrado empíricamente: los perros han desarrollado un gran poder a la hora de detener la radiación para poder sobrevivir sin problemas en una región que no es precisamente amigable con la vida. Esta información puede desbloquear otros datos muy relevantes para el ser humano como la gran pregunta sobre si podemos adaptarnos para vivir en zonas irradiadas o si el ser humano es especialmente vulnerable a este tipo de fenómenos. Lo que está claro es que, parafraseando a la mítica película Jurassic Park, la vida se abre camino.