Consiguen restaurar la visión gracias a un nuevo componente: puede ser una revolución

Un implante de telurio no solo devuelve la vista a animales ciegos, sino que les otorga "supervisión"

Consiguen restaurar la visión gracias a un nuevo componente: puede ser una revolución
Los nanocables de telurio permiten detectar luz infrarroja invisible para el ojo humano, ampliando el espectro visual tres veces más que la visión natural
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

Científicos chinos han conseguido devolver la visión a ratones ciegos usando un implante retinal fabricado con nanocables de telurio. Pero la cosa no queda ahí: el dispositivo también permite detectar luz infrarroja, algo completamente invisible para nosotros. Los investigadores de la Universidad de Fudan en Shanghái han publicado sus resultados y, aunque aún no hay fecha para ensayos en humanos, el avance pinta bastante prometedor para quienes han perdido la vista por problemas retinales.

El estudio, publicado en Science, muestra que este "ojo biónico" va un paso más allá de reparar la visión dañada. A diferencia de otros tratamientos como las técnicas con células madre que logran una efectividad del 90% restaurando la córnea, este implante amplía las capacidades visuales. Las pruebas en macacos confirmaron que pueden adquirir visión infrarroja sin perder su vista normal.

Cómo funciona el implante de telurio

El dispositivo es bastante ingenioso: consiste en una malla de nanocables de telurio mil veces más delgados que un cabello. Este mineral, que China produce en su mayoría, tiene propiedades que lo hacen ideal para convertir luz en impulsos eléctricos directamente, sin baterías externas. Los nanocables hacen el trabajo que normalmente harían los fotorreceptores dañados de la retina.

Aquí viene lo interesante: mientras nuestros ojos detectan luz entre 380 y 780 nanómetros, este implante cubre desde 470 hasta 1.550 nanómetros. "El dispositivo cubre un espectro 3 veces más amplio que la visión humana natural", explica Wang Shuiyuan, quien lidera la investigación. Esto supera incluso a los paneles solares retinales que otras instituciones están desarrollando para tratar enfermedades como la retinitis pigmentosa.

En ratones genéticamente ciegos, el implante restauró reflejos pupilares y activó la corteza visual. Los animales pasaron de depender del tacto y el olfato a reconocer patrones geométricos con una eficacia similar a la de roedores sanos. "Los animales pasaron de depender del tacto y el olfato a mostrar sensibilidad a estímulos visuales", comentó Zhang Jiayi, coautor del estudio.

El telurio parece ser bastante compatible con el organismo. Las pruebas a seis meses en primates no mostraron rechazo ni inflamación, algo que sí puede pasar con otros materiales usados en prótesis visuales. El procedimiento es relativamente sencillo: la malla se coloca directamente en la retina dañada mediante cirugía mínimamente invasiva, sin necesidad de componentes externos voluminosos.

China controla el 80% de la producción mundial de telurio, lo que podría darle ventaja en el desarrollo clínico de esta tecnología. Sin embargo, el coste del mineral y la complejidad de fabricación plantean desafíos importantes para democratizar el acceso al tratamiento.

El avance podría beneficiar a 200 millones de personas con ceguera retinal en todo el mundo. Pero también abre preguntas interesantes: ¿qué pasaría si algunos humanos pudieran ver en infrarrojo y otros no? ¿Estamos preparados para esa diferencia? Por ahora son especulaciones, pero la tecnología ya existe.

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