Descubren un nuevo planeta enano en los confines del sistema solar que desafía la teoría del Planeta Nueve

Un hallazgo que podría cambiar nuestra comprensión del Sistema Solar exterior

Descubren un nuevo planeta enano en los confines del sistema solar que desafía la teoría del Planeta Nueve
2017 OF201 orbita tan lejos del Sol que tarda 40.000 años en completar una vuelta, desafiando las predicciones sobre el Planeta Nueve
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

Astrofísicos de Princeton han identificado un objeto celeste que lleva años escondido en los datos de observación astronómica, y su descubrimiento cuestiona directamente la existencia del hipotético Planeta Nueve. Se trata de 2017 OF201, un planeta enano que orbita mucho más allá de Plutón y que no encaja con las predicciones de esta controvertida teoría.

El equipo liderado por Sihao Cheng ha presentado sus hallazgos tras analizar datos archivados del Dark Energy Camera Legacy Survey, que recopiló observaciones entre 2011 y 2019. Los investigadores lograron identificar 32 observaciones independientes de este objeto, lo suficiente para calcular su órbita con precisión y confirmar su naturaleza planetaria, según explican en un estudio publicado en arXiv y recogido en Science Alert.

Un mundo helado que desafía las predicciones

Con un diámetro aproximado de 700 kilómetros, 2017 OF201 representa aproximadamente el 45% del tamaño de Plutón, convirtiéndose en uno de los objetos más grandes del Cinturón de Kuiper exterior. Su órbita es tremendamente alargada: en su punto más cercano al Sol se encuentra a 445 unidades astronómicas (una UA equivale a la distancia entre la Tierra y el Sol), mientras que en su punto más lejano se aleja hasta las 1.600 UA.

Esta trayectoria tan alargada significa que el planeta enano tarda aproximadamente 40.000 años en completar una vuelta completa alrededor del Sol. Durante gran parte de su órbita, se adentra en las regiones internas de la nube de Oort, esa vasta esfera de objetos helados que marca los límites gravitacionales de nuestro sistema planetario.

Aquí viene lo interesante: las simulaciones computacionales muestran que si el Planeta Nueve existiera realmente, este mundo recién descubierto habría sido expulsado del Sistema Solar en menos de 100 millones de años. El hecho de que siga ahí después de miles de millones de años es un problema serio para quienes defienden esta hipótesis.

La teoría del Planeta Nueve surgió para explicar por qué ciertos objetos transneptunianos muestran órbitas agrupadas de manera aparentemente no aleatoria. Sin embargo, 2017 OF201 no sigue este patrón, lo que complica aún más un debate astronómico que lleva años sin resolverse.

Los objetos como este son tremendamente difíciles de detectar porque apenas reflejan el 4% de la luz solar que reciben, lo que los hace prácticamente invisibles incluso para los telescopios más potentes. Además, están tan lejos que incluso la luz tarda horas en llegar hasta nosotros desde su superficie.

Los astrofísicos estiman que por cada objeto como 2017 OF201 que logran detectar, probablemente existan un centenar más en zonas inobservables desde la Tierra. Esto significa que el Sistema Solar exterior podría albergar una población mucho mayor de planetas enanos de lo que habíamos imaginado, al igual que ocurre con otros misterios como una nueva y extraña estructura oculta en nuestro sistema solar o la vida que podría haber existido en nuestro sistema solar antes que en la Tierra.

El telescopio Vera C. Rubin, que comenzará sus operaciones en 2025, será capaz de realizar un barrido completo del cielo austral cada pocas noches. Con su espejo de 8,4 metros y su cámara de 3.200 megapíxeles, este instrumento debería permitir detectar muchos más objetos como 2017 OF201, aunque aún tendremos que esperar para saber si confirman o refutan definitivamente la teoría del Planeta Nueve.

Mientras tanto, otros proyectos continúan explorando los misterios del Sistema Solar, como la búsqueda de vida en Europa, una de las lunas de Júpiter, donde algún lugar de nuestro sistema solar podría tener vida. El descubrimiento de 2017 OF201 demuestra que nuestro vecindario cósmico aún guarda secretos importantes, y que teorías que parecían sólidas pueden tambalearse con un solo hallazgo.

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