El asesino invisible se está volviendo resistente a su mayor enemigo, y eso es un gran problema

La resistencia a los antibióticos en el sudeste asiático alcanza niveles críticos, con patógenos que sobreviven a casi todos los tratamientos disponibles

El asesino invisible se está volviendo resistente a su mayor enemigo, y eso es un gran problema
Imagen microscópica de Salmonella Typhi, bacteria que causa la fiebre tifoidea y que ha desarrollado cepas extremadamente resistentes a los antibióticos en Asia
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

Las bacterias resistentes a los antibióticos están ganando terreno a un ritmo alarmante en el sudeste asiático. La situación ha llegado a un punto crítico, con hospitales que ya no pueden tratar infecciones que antes eran sencillas de curar. Los más afectados son los países con sistemas sanitarios precarios, donde cualquiera puede comprar antibióticos sin receta y usarlos de forma inadecuada, lo que no hace más que empeorar el problema.

Según The Lancet Microbe, durante 2022 se dispararon los casos de bacterias que resisten hasta a los antibióticos más potentes en países como Vietnam y Tailandia. Los datos son preocupantes: algunas bacterias han aumentado su resistencia un 22% en apenas cuatro años, especialmente las que causan infecciones dentro de los hospitales.

La crisis silenciosa que amenaza la medicina moderna

El problema no se queda solo en los hospitales. La bacteria E. coli, que causa infecciones urinarias y digestivas comunes, ya no responde a los antibióticos habituales en casi la mitad de los casos. Esto significa que los médicos tienen cada vez menos opciones para tratar infecciones que antes se curaban fácilmente con una simple receta.

La situación varía según el país. En Filipinas, casi el 80% de ciertas infecciones ya no responden a antibióticos de amplio espectro, mientras que la bacteria que ha matado a millones en toda la historia se está volviendo resistente en Indonesia. En Malasia preocupa el aumento de infecciones por hongos que no responden a los tratamientos convencionales, poniendo en riesgo a pacientes con defensas bajas.

¿Qué está causando este problema? Principalmente el abuso de antibióticos tanto en personas como en animales. El estudio señala que en casi el 90% de farmacias rurales venden antibióticos sin receta. A esto se suma el éxodo de profesionales sanitarios tras la pandemia, que ha dejado sistemas de vigilancia prácticamente inoperativos en algunas zonas.

Si no hacemos nada, las consecuencias serán graves. Los investigadores ya están viendo fracasos en tratamientos que antes eran rutinarios: cuatro de cada diez infecciones urinarias complicadas y tres de cada diez neumonías en pacientes con respiración asistida. La IA puede salvarnos encontrando nuevos antibióticos, pero necesitamos soluciones inmediatas.

Los expertos recomiendan controlar estrictamente la venta de antibióticos de último recurso y crear programas de uso responsable en los hospitales antes de 2025. También proponen desarrollar pruebas rápidas que identifiquen resistencias para no usar antibióticos innecesariamente.

La ciencia avanza en varias direcciones. Un estudio de la Universidad de California ha descubierto que han encontrado la gran debilidad de las bacterias resistentes, que dependen críticamente del magnesio para sobrevivir. Por otro lado, la rana apestosa que puede ayudarnos a luchar contra las bacterias contiene sustancias que eliminan patógenos sin dañar nuestra flora intestinal beneficiosa.

Estamos ante una carrera contrarreloj que requiere unir esfuerzos entre médicos, veterinarios y expertos medioambientales. Cada día que pasa sin tomar medidas efectivas significa más personas enfrentándose a infecciones que no podemos curar. Y eso, en pleno siglo XXI, debería asustarnos tanto como cualquier pandemia.

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