Encuentran unas runas que están volviendo locos a los arqueólogos: es un auténtico enigma

Un árbol caído cerca de Wawa, Ontario, reveló una losa con 255 runas que forman el Padre Nuestro. Los arqueólogos creen que fue tallada por trabajadores suecos en el siglo XIX

Encuentran unas runas que están volviendo locos a los arqueólogos: es un auténtico enigma
La losa de piedra encontrada en Ontario muestra 255 símbolos rúnicos, un barco tallado y 30 marcas adicionales que los expertos aún no han logrado descifrar completamente
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

En los bosques de Ontario, un hallazgo inesperado tiene desconcertados a los arqueólogos. Una losa de piedra de 1,2 por 1,5 metros apareció cuando un árbol cayó cerca del pueblo de Wawa, a 750 kilómetros al noroeste de Ottawa. La superficie muestra 255 símbolos rúnicos que forman el Padre Nuestro completo, más un dibujo detallado de un barco y 30 marcas adicionales que nadie sabe interpretar.

Ryan Primrose, presidente del Centro de Educación Arqueológica de Ontario, lo define como "el descubrimiento menos esperado" de su carrera. Tal y como nos cuentan desde Popular Science, las inscripciones usan el alfabeto Futhark, el sistema de escritura más antiguo conocido que desarrollaron los pueblos germánicos entre los siglos II y VIII d.C. Henrik Williams, profesor emérito de runología de la Universidad de Uppsala, examinó personalmente los símbolos durante tres horas.

La pista sueca que explica parte del misterio

Los expertos descartaron enseguida un origen vikingo después de analizar los caracteres. La explicación llegó al conectar las inscripciones con Johannes Bureus, un erudito sueco del siglo XVII que adaptó las runas Futhark al sueco. Su versión rúnica del Padre Nuestro se publicó en 1611 y se reeditó en el siglo XIX, justo cuando hay registros de trabajadores suecos en los puestos comerciales de la Compañía de la Bahía de Hudson.

Los investigadores creen que uno o varios empleados suecos tallaron la piedra durante días o semanas, probablemente como una especie de oración personal. Pero las preguntas siguen sin respuesta: ¿por qué enterrar la piedra? ¿Era un lugar de encuentro religioso secreto o solo el proyecto de alguien? No hay más objetos en la zona que den pistas sobre qué pasó realmente allí.

Primrose reconoce que el misterio no desaparece por ser más reciente de lo que esperaban. La historia sigue sin explicación clara y eso mantiene el interés por este hallazgo tan particular de los suecos que llegaron a Canadá. Ahora están trabajando con los propietarios del terreno para convertir el sitio en patrimonio público y construir algo que proteja la piedra del clima.

Este descubrimiento recuerda a otros casos que han tenido en vilo a los arqueólogos, como los círculos misteriosos hallados en Grecia o los nuevos datos sobre el origen de Stonehenge. La losa de Wawa no da respuestas fáciles, pero sí demuestra que la historia puede sorprendernos en los lugares más inesperados.

Casos como la tumba secreta de Petra o el pozo cerrado durante 1.700 años en China demuestran que los hallazgos arqueológicos siguen planteando más preguntas que respuestas. Esta piedra rúnica canadiense es otro ejemplo de cómo el pasado guarda secretos que ni siquiera sabíamos que existían.

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