Llevaban décadas caducadas, pero estas latas de salmón todavía guardaban una desagradable sorpresa
Un estudio revela un aumento significativo de gusanos parásitos en dos especies de salmón de Alaska tras analizar conservas de los últimos 40 años

Un equipo de investigadores ha hecho un singular descubrimiento al analizar latas de salmón almacenadas durante décadas: el nivel de parásitos ha aumentado significativamente en dos especies de salmón de Alaska. El estudio, publicado en Ecology and Evolution, examinó conservas producidas entre 1979 y 2019 para estudiar la evolución de estos gusanos.
Los científicos analizaron 178 latas de cuatro especies diferentes de salmón, encontrando que más de la mitad contenían nemátodos de la familia Anisakidae. Este hallazgo revela cambios importantes en el ecosistema marino de Alaska, posiblemente relacionados con la recuperación de las poblaciones de mamíferos marinos, como señalan los investigadores de la Universidad de Washington.
Los parásitos como indicadores del cambio en los ecosistemas marinos
El descubrimiento no es una simple curiosidad científica. La adaptación de las especies a condiciones cambiantes, como se ha observado en estudios sobre la inmunidad desarrollada por algunos animales tras décadas de exposición a la radiación, nos ayuda a entender mejor los cambios en los ecosistemas. Un reciente análisis sobre estos fenómenos de adaptación en la zona de Chernóbil ha demostrado cómo algunas especies pueden desarrollar resistencia a condiciones extremas tras años de exposición.
Los resultados mostraron un incremento particular en las especies de salmón chum y rosado, mientras que no se observaron cambios significativos en el salmón coho y rojo. Este patrón podría estar relacionado con las diferentes dietas y hábitats de cada especie. La importancia de estudiar estos parásitos se hace evidente al considerar casos como el documentado recientemente donde un paciente sufría dolores de cabeza crónicos causados por un parásito alojado en su cerebro, lo que destaca la necesidad de comprender mejor su comportamiento y evolución.
La investigación sugiere que el aumento de los parásitos podría estar relacionado con la recuperación de las poblaciones de mamíferos marinos desde la implementación de la Ley de Protección de Mamíferos Marinos en 1972. Estos mamíferos son los huéspedes definitivos de los parásitos anisakis, por lo que su mayor presencia podría estar incrementando la prevalencia de estos gusanos en el ecosistema.
El estudio también señala que el cambio climático podría estar jugando un papel importante. Las temperaturas más cálidas podrían estar acelerando el desarrollo de los huevos de los parásitos y alterando la distribución de sus huéspedes, aunque los investigadores advierten que se necesitan más estudios para confirmar esta conexión.
Los científicos destacan que este hallazgo no representa un riesgo directo para los consumidores, ya que el proceso de enlatado mata a los parásitos. Sin embargo, el aumento observado podría tener implicaciones para la salud de los ecosistemas marinos y las poblaciones de salmón salvaje, que son fundamentales tanto ecológica como económicamente para Alaska.
La investigación demuestra el valor inesperado de las conservas antiguas como ventanas al pasado, permitiendo a los científicos rastrear cambios en los ecosistemas marinos que de otro modo serían imposibles de estudiar. Este método innovador podría abrir nuevas vías para comprender cómo están cambiando nuestros océanos a lo largo del tiempo.