Los animales de los zoos actúan muy raro cuando se marchan los humanos. No es como en la película 'Madagascar' pero casi

Un estudio pionero revela cómo los primates en cautividad modificaron drásticamente sus rutinas durante el cierre de los zoológicos por la pandemia

Los animales de los zoos actúan muy raro cuando se marchan los humanos. No es como en la película 'Madagascar' pero casi
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

La pandemia proporcionó a los científicos una oportunidad sin precedentes para estudiar el comportamiento animal en zoológicos vacíos. Un equipo internacional de investigadores analizó durante meses el comportamiento de cuatro especies de primates diferentes para descubrir cómo les afectaba la ausencia total de visitantes, algo que nunca antes se había podido estudiar a esta escala.

Los científicos de la Universidad de Nottingham Trent realizaron un detallado seguimiento en el Zoo de Twycross y el Safari Knowsley, que posteriormente documentarion en un estudio. Dicho estudio arrojó datos sorprendentes: los gorilas alteraron significativamente sus patrones de descanso y utilizaron sus recintos de forma diferente, mientras los chimpancés aumentaron su interacción con juguetes y enriquecimiento ambiental cuando volvieron los visitantes.

Cuando los primates se quedan solos: un experimento irrepetible

La investigación mostró que cada especie reaccionó de manera única. Los bonobos y gorilas, por ejemplo, similar a lo observado en especies marinas en ambientes aislados, redujeron significativamente su tiempo en solitario cuando regresaron los visitantes, sugiriendo que la presencia humana podría actuar como una forma de estimulación social.

El caso de los babuinos en el Safari Knowsley resultó particularmente revelador. En este entorno único, donde los visitantes circulan en vehículos, los investigadores descubrieron que los babuinos modificaban su comportamiento según la cantidad de coches presentes. De manera similar a patrones evolutivos recientes, demostraron una notable capacidad de adaptación, estableciendo incluso un umbral de tolerancia a la cantidad de vehículos.

Los científicos también analizaron los niveles de hormonas del estrés (glucocorticoides) en los animales a través de muestras fecales, un método no invasivo que proporcionó datos valiosos sobre su estado fisiológico. Sorprendentemente, estos niveles se mantuvieron estables tanto durante el cierre como tras la reapertura, sugiriendo que los primates pudieron adaptarse a ambas situaciones sin experimentar estrés significativo.

Un hallazgo particularmente interesante fue el cambio en el uso del espacio. Los gorilas, por ejemplo, modificaron significativamente las zonas de su recinto que utilizaban cuando regresaron los visitantes, de manera similar a cómo los usuarios adaptan sus comportamientos en entornos digitales. Esta capacidad de ajuste espacial sugiere una estrategia de afrontamiento sofisticada.

El estudio también reveló diferencias significativas entre el entorno del zoo tradicional y el safari. Los babuinos en el safari mostraron una disminución en comportamientos sexuales y de dominancia cuando había más coches, pero aumentaron sus interacciones con los vehículos, demostrando que el tipo de exposición a los visitantes puede influir de manera crucial en el comportamiento de los primates.

Los investigadores destacan que estos hallazgos tienen implicaciones importantes para el diseño de futuros recintos y la gestión de las interacciones entre visitantes y animales. El estudio sugiere que, aunque los animales pueden adaptarse a la presencia o ausencia de visitantes, es crucial proporcionar espacios que les permitan regular su nivel de exposición al público.

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