Los huargos como los de 'El señor de los anillos' van a volver a la vida, pero puede que tenga truco
Colossal Biosciences modifica genéticamente lobos grises para acercarlos al extinto lobo gigante, pero científicos cuestionan si son realmente "desextinciones"

La empresa Colossal Biosciences acaba de presentar el nacimiento de tres cachorros de lobo gigante (Aenocyon dirus), una especie que desapareció hace 12.500 años y que muchos comparan con los huargos de Tolkien. Los ejemplares, dos machos llamados Remus y Romulus (nacidos el 1 de octubre de 2024) y una hembra bautizada como Khaleesi, forman parte del polémico proyecto de la empresa para recuperar especies extintas mediante ingeniería genética, un procedimiento que numerosos científicos cuestionan por alejarse de una verdadera recuperación de la especie original (aunque esta peli ya la hemos visto antes y no acaba bien).
Según ha dado a conocer New Atlas, estos lobos fueron creados modificando el genoma del lobo gris moderno para aproximarlo al de su ancestro prehistórico. El equipo extrajo ADN de un diente de 13.000 años y un cráneo de 72.000 años, identificando 20 diferencias clave entre especies. Quince de estas modificaciones correspondían a variantes genéticas extintas desde la era de los mamuts, lo que pone en duda si realmente estamos ante una resurrección o simplemente ante un híbrido con retoques genéticos.
¿Lobos gigantes o híbridos genéticos?
La técnica empleada por Colossal se basa en la transferencia nuclear de células somáticas, similar a la de la oveja Dolly. Los embriones se implantaron en perras domésticas mediante lo que denominan "gestación subrogada interespecie". No es su primer intento, pues ya lograron crear ratones con rasgos de mamut lanudo como parte de su plan para revivir especies extintas, entre ellas el tigre de Tasmania.
Los científicos se muestran escépticos. Michael Knapp, de la Universidad de Otago, señala que estos ejemplares están genéticamente más próximos al lobo gris que al Aenocyon dirus, ya que solo modificaron 20 de los millones de diferencias genéticas entre ambas especies. Su colega Nic Rawlence los considera simplemente "híbridos transgénicos", lejos de una auténtica recuperación de la especie.
Este avance coincide con hallazgos como el cachorro de diente de sable excepcionalmente conservado, que amplía los candidatos para futuras "desextinciones". Philip Seddon, zoólogo experto en conservación, subraya que el lobo gigante pertenecía a un género distinto, haciendo técnicamente imposible recrearlo sin su ADN completo, por muchas ediciones genéticas que se realicen.
Los siete lobos (tres "desextintos" y cuatro clones de lobo rojo en peligro) viven en una reserva de 2.000 acres con vigilancia permanente. Colossal ya prepara proyectos para el dodo, el tilacino y el mamut lanudo, avivando un debate que recuerda las advertencias de obras como Jurassic Park, cuyos fundamentos científicos han sido analizados por especialistas involucrados en estas iniciativas.
El lobo gigante, cuyos fósiles abundan en La Brea (California), fue un depredador dominante en América durante milenios. Su reintroducción plantea cuestiones éticas: ¿cómo encajarían en ecosistemas actuales transformados? Muchos científicos advierten sobre privilegiar especies "mediáticas" mientras desatendemos la biodiversidad existente que enfrenta amenazas más apremiantes. Así, estos lobos parecen más cercanos a experimentos de laboratorio que a verdaderos representantes de una especie extinguida.