Tiene 43.000 años, y esta huella puede desbloquear el futuro del conocimiento sobre la especie humana

Un equipo español halla en Cuenca la huella dactilar más antigua de un neandertal en una roca pintada con ocre rojo de 43.000 años de antigüedad

Tiene 43.000 años, y esta huella puede desbloquear el futuro del conocimiento sobre la especie humana
La roca con ocre rojo hallada en San Lázaro (Cuenca) contiene la huella dactilar neandertal más antigua conocida, datada en 43.000 años
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

Un equipo de arqueólogos ha descubierto en el yacimiento de San Lázaro (Cuenca) una roca pintada con ocre rojo que contiene la huella dactilar más antigua atribuida a un neandertal, datada en 43.000 años. El hallazgo cuestiona la idea de que solo el Homo sapiens desarrolló pensamiento simbólico, abriendo la puerta a que nuestros antepasados genéticos también lo utilizasen.

La piedra, recolectada de un río y trasladada al abrigo rocoso, presenta un punto rojo aplicado con la yema del dedo sobre una protuberancia natural. Los análisis con microscopía electrónica y técnicas forenses revelaron que la pigmentación fue intencionada, descartando usos utilitarios según Archaeological and Anthropological Sciences.

Neandertales más inteligentes de lo pensado

Lo más llamativo es la disposición de los elementos: el óvalo de ocre coincide con lo que sería una nariz en un posible rostro, mientras que dos pequeñas depresiones naturales hacen de ojos y otra mayor de boca. Reconocer caras en formas abstractas requiere una capacidad cognitiva sofisticada que hasta ahora se atribuía exclusivamente a nuestra especie.

El descubrimiento se suma a otros hallazgos recientes en la península ibérica: collares con garras de águila en Valencia, pinturas de manos en Cáceres datadas en 66.700 años, y grabados abstractos en Gibraltar. Todo apunta a que los neandertales desarrollaron arte simbólico de forma independiente, mucho antes de lo que se creía.

El equipo utilizó tecnología multiespectral para analizar la pieza sin dañarla. La hematites proporciona el tono rojizo al ocre, mientras que los patrones de textura epidérmica confirman las huellas dactilares. Los microestratos establecieron una edad de 43.000 años mediante datación por luminiscencia, lo que convierte esta marca en la más antigua de su tipo.

La huella, perteneciente a un individuo adulto, se conservó gracias a que los sedimentos la sellaron durante milenios. Este tipo de preservación excepcional permite a los científicos estudiar detalles que normalmente se perderían con el tiempo. Los investigadores ya buscan evidencias similares en otros yacimientos europeos, aplicando las mismas técnicas forenses.

El hallazgo sitúa a España como epicentro de descubrimientos neandertales y abre nuevas líneas de investigación sobre el arte paleolítico. Al igual que los secretos recién desvelados de Stonehenge o las tumbas ocultas en Petra, cada descubrimiento redefine nuestra comprensión del pasado.

La tecnología forense aplicada a la arqueología permite ahora análisis antes impensables. Métodos similares han permitido analizar restos medievales con posibles usos bélicos y estructuras misteriosas en Grecia, demostrando que aún queda mucho por descubrir sobre nuestros antepasados.

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