Una teoría radical sugiere que los agujeros negros podrían escupir materia y tiempo
Un estudio de Physical Review Letters plantea que, bajo las leyes de la física cuántica, los agujeros negros podrían no acabar en singularidades infinitas, sino convertirse en puertas de salida
Nadie esperaba que los agujeros negros pudieran devolver lo que tragan, pero una investigación publicada en Physical Review Letters plantea exactamente esto. La nueva teoría propone que estas bestias cósmicas podrían no terminar en un punto infinitamente denso, como dicta la física clásica, sino en regiones cuánticas donde el espacio-tiempo se comporta de formas inesperadas y podría permitir que la materia escape.
El estudio publicado en Physical Review Letters utiliza un marco teórico llamado gravedad unimodular, una variante de la relatividad general que da un significado más fundamental al tiempo. Mediante complejos cálculos matemáticos, los investigadores muestran que las singularidades se transformarían en zonas donde las leyes físicas no colapsan del todo, sino que adoptan propiedades cuánticas que podrían hacer que el contenido del agujero negro "rebote" hacia afuera.
Agujeros negros: ¿trampas o puertas?
La idea de que los agujeros negros podrían no ser callejones sin salida cósmicos no es del todo nueva, pero este estudio proporciona un marco matemático sólido para respaldarla. Utilizando ecuaciones modificadas de Einstein, los físicos describen cómo la materia que cae en un agujero negro experimentaría una transición desde el espacio-tiempo clásico a uno completamente cuántico, en lugar de encontrarse con un final definitivo.
Este hallazgo podría resolver uno de los mayores quebraderos de cabeza de la física teórica: la incompatibilidad entre la relatividad general y la mecánica cuántica. El agujero negro 'imposible' en nuestra galaxia descubierto recientemente ya apuntaba a comportamientos inexplicables con la física actual.
Las implicaciones son enormes. Si los agujeros negros pueden "escupir" materia, entonces la información que cae en ellos no se perdería para siempre, sino que podría reaparecer de alguna forma. Esto encajaría con observaciones recientes, como cuando un agujero negro emitió rayos gamma mientras era observado por científicos.
La comunidad científica ya está explorando estas ideas en laboratorios terrestres. El año pasado, científicos simularon un agujero negro y observaron un inesperado fenómeno luminoso. Estos experimentos permiten probar teorías que de otro modo serían imposibles de verificar. Si estos modelos son correctos, podríamos tener que repensar muchas ideas sobre el universo. Incluso se ha sugerido que podrían existir pequeños agujeros negros en nuestro planeta, lo que abriría posibilidades fascinantes para la investigación futura.
Lo que está claro es que los agujeros negros siguen siendo los objetos más misteriosos del cosmos. La gravedad unimodular nos ofrece una nueva perspectiva sobre su naturaleza, sugiriendo que no son fosos sin fondo, sino quizás portales hacia regiones inexploradas del espacio-tiempo donde nuestras nociones actuales de la física se transforman por completo.