Una vez, el océano fue verde, y ahora podría ser púrpura

Los océanos de la Tierra han cambiado de color a lo largo de miles de millones de años, y los científicos advierten que podrían volver a hacerlo pronto

Una vez, el océano fue verde, y ahora podría ser púrpura
La coloración púrpura ya se observa en algunas zonas marinas por la actividad de bacterias sulfúreas, un posible anticipo del futuro cromático de nuestros océanos
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

El azul de los océanos, ese color que todos damos por sentado, no es más que un capítulo reciente en la historia de nuestro planeta. Hace entre 3.800 y 1.800 millones de años, el tono dominante era el verde, culpa del hierro disuelto procedente de rocas y volcanes submarinos. Este hierro ferroso absorbía la luz azul, dejando que el verde reinara en las profundidades. Las cianobacterias primitivas se adaptaron desarrollando pigmentos para capturar esa luz, según revela un estudio publicado en Nature.

El cambio llegó hace 2.400 millones de años con el llamado Evento de la Gran Oxidación. El oxígeno liberado por las cianobacterias transformó el hierro soluble en depósitos insolubles. El agua se aclaró y la luz comenzó a dispersarse de otra manera, regalándonos por fin ese tono azul característico que hoy asociamos con mares y océanos. Y con él llegó la explosión de la vida compleja tal como la conocemos.

Futuros colores: del azul a nuevos tonos

¿Y qué viene después del azul? Los científicos barajan varias posibilidades, ninguna de ciencia ficción. Un aumento del azufre por mayor actividad volcánica, junto con menos oxígeno, daría ventaja a las bacterias púrpuras que ya habitan algunas zonas marinas. De hecho, ciertos rincones del planeta ya muestran estos tonos violáceos a pequeña escala. Los rojizos también tienen su oportunidad. Podrían aparecer por la erosión de rocas ferrosas en climas extremos o por explosiones de esas "mareas rojas" formadas por microalgas que ya conocemos en algunas costas durante el verano. Cambios sutiles que ya están en marcha.

Investigaciones recientes sobre algas devoradoras de CO2 aportan otra pieza al rompecabezas: más del 56% de las aguas oceánicas ya se han vuelto ligeramente más verdosas en apenas dos décadas. El causante es el aumento de fitoplancton que prospera con el calentamiento, una tendencia que no parece que vaya a frenarse. Para estudiar estos cambios, los científicos observan lugares como Iwo Jima, donde las aguas verdes son un laboratorio natural. Estos entornos son como máquinas del tiempo que nos muestran cómo era nuestro planeta antes y, quizás, cómo será en el futuro.

No estamos hablando solo de estética. Estos colores son la punta del iceberg de transformaciones más profundas que afectan a la vida marina y al clima global. La acidificación de los océanos, por ejemplo, está alterando el equilibrio de estos ecosistemas de formas que apenas empezamos a comprender.

Tecnologías como la electrodiálisis intentan frenar esta acidificación, mientras que fenómenos como el misterioso "BLOP" detectado en 1997 (ahora sabemos que se debía al desprendimiento de placas antárticas) nos recuerdan que los cambios van más allá de lo visible. En este contexto, no es casual que China esté preparando una misión tripulada al fondo del Ártico, una región clave para entender estos cambios cromáticos que podrían extenderse por todos los océanos en las próximas décadas.

El océano del futuro podría recordarnos más a un caleidoscopio que a la postal azul que tenemos grabada en la retina. Y ese cambio, lejos de ser una curiosidad, será el espejo donde veremos reflejada nuestra capacidad (o incapacidad) para gestionar nuestro impacto en el planeta. El tiempo dirá con qué nos encontramos en el agua.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!